jueves, 26 de noviembre de 2020

Sor Águeda de Luna, Capitulo I - La Pequeña Águeda

"Cagüendioro", alguna nos tenían que haber "liao", personajes históricos y con abolengo nos sobran, pero "mepaiceami" que algún "penco" la tomó con nosotros y quiso que uno de ellos pasará a la orilla contraria, "quizir", por repetir una mentira muchas veces, no la haces verdad, "amosaver", las malas lenguas dijeron que no nos salió "nada católica", pero la historia de nuestro pueblo no difiere mucho de otras ciudades que han sido grandes, "nopueser", tanto para lo bueno como para lo menos bueno, las historias muchas veces son ciertas y otras se llevan por donde el "cataplasma" que las cuenta quiere o pretende,"mentiendesloquetequieroizir".

"Amos" que "pantender" este asunto, hay que tener en cuenta algunos aspectos fundamentales, el personaje y las circustancias de su tiempo, posiblemente nuestra Águeda sufriera alguna alteración mental, "quizir", alguna ventolera "faboñera" metida por la retranca de la "faltriquera" que unida a la religiosidad mariana Arecelitana, le llevo a actuar de manera confusa y atropellada, "esosí" no hay que dejar de lado una alarma excesiva y un juicio severo de los "jandros" de la Inquisición, "queseó" siempre acorde a los aires que corrían en aquellos tiempos, "paqué", todo aquello hizo que los hechos traspasaran los muros de nuestra ciudad, "yatilidicho".

Quetevuacontar", corría el año del Señor de 1690, Corella era una ciudad tranquila, bastante bulliciosa en sus famosos días de mercado, alegre, dicharachera y sobretodo muy religiosa, los tiempos corrían tranquilos y las guerras acontecían lejos de España, cristianos viejos, soldados, algún que otro pícaro, hijosdalgos y caballeros, hacia unos meses que habían regresado de las guerras de Flandes, Italia y Portugal, muchos eran los que ganaban su hidalguía a punta de espada, sus proezas y hazañas los convirtieron en nobles. Como en ocasiones anteriores Corella aportaba sus doblones y sus mejores soldados para los "ababoles" de los Austrias, gracias a estas y otras cosillas, el padre de Felipe V nos había concedido el título de ciudad.

"Cojona", para esta ocasión su majestad el Rey había enviado a nuestra ciudad al Virrey de Navarra, D. Baltasar de Zúñiga y Gúzman, Marqués de Valero y Ayamont, un autentico "acabacasas", este era portador de una misiva real en el cual daba las gracias al pueblo de Corella por su gran generosidad, el "gandul" del marqués aprovechó la oportunidad para quedarse de "huespede" mas de lo previsto, la dadivosidad de D. Martín Escudero, nada "rutiño" por cierto, no volvió a repetirse, el noble aristócrata no paraba de asaltar la colmada fresquera y alacena que la ilustre familia poseía, además de innumerables "lamparillazos", que del "corportón" a escondidas y con nocturnidad expoliaba de la egregia bodega, todo "pajoer", la educación de nuestro anfitrión le impidió "escogotar" al "baldragas" del marqués.

"Jolín", hacía unos años que en extramuros, en el llamado "Fosal de los Moros" cerca del "Brazal de Ouarre", se había "rematao" la Ermita donde se veneraba a nuestra Virgen de Araceli, de manera "corri corri" ya que había prisa, fueron los encargados de sus mejoras y ampliaciones de las "paretillas", los "cagaprisas" de Maese Torerillo, Maese Fortuna y Maese Vigilia, ya nuestra Virgen llevaba en la pequeña Ermita desde el año 1676, cuando fue trasladada "redodillas" y en santa procesión desde la Ermita de Santa Ana, a su cuidado se encontraba un ermitaño, "Juan Malasangre", viejo soldado de muchas batallas, "pamí" que había decidido su regreso al pueblo natal para pagar en penitencia sus tropelías, con el pocas bromas, llegó a decirse que había "estozolao" a unos mozos que quisieron hacerle un "chandrio", "piolpaellos".

"Tevuacontar", en el centro de la ciudad una gran casa solariega dominaba sobre las demás, allí vivía la familia Luna, de linaje noble y rancio abolengo "venidamás", era oriunda de Corella, "quizir", de Corella de toda la vida. D. Antonio de Luna y Argaiz acudía con cierta frecuencia pero con pesadumbre a la corte de Madrid, Carlos II "El Hechizado", en Corella el "Feodecojones" lo requería constantemente, "Pantendernos", D. Antonio odiaba la vida de corte, ociosa, vulgar, llena de pleitos y de intrigas, pero el "cogotón" del Rey no conseguía aprender a jugar a los "pitones", ni su mujer Mariana de Neoburgo a la "taba", alcanzar la gracia y el estilo de los de Corella era harto difícil, a su padre Felipe IV poco le costo, pero al "botarate" este no había manera que aprendiera.

"Jesús que peco", grandes devotos de la Virgen de Araceli, D. Antonio de Luna y su hermano Miguel, siempre acompañados de sus amigos Francisco de Sopranis y Pedro Virto de Lezama, no faltaban ni un solo día para ofrendar y rezar a su querida Virgen de Araceli, por otro lado sus amigos Pedro de Sada, Juan de Aibar y Miguel de Muro tenían mas querencia por la Virgen del Carmen, "miusté" nada mal por cierto, estos últimos y aquellos tenían por costumbre pasear por los alrededores de la Ermita, como caballeros que eran, sus monedas de vellón y de cobre eran fundamentales para las pauperrimas arcas que el ermitaño administraba, esta vez los rezos tenían otro fin, pronto iba a llegar el primer vástago de D. Antonio de Luna. "Lo primero y principal es oír misa y almorzar, y su corre mucha prisa, almorzar y dejar la misa".

"Agarraisus", un gran "furgazo" estaba cayendo en la ciudad, la madrugada se vio alterada, no como de costumbre por el grito del lechón "degollao" ni la "pedobufa" del tío "Pepe el Güarro", unos alaridos salían de la blasonada casa del céntrico barrio, hasta el "confitusdeo" y su amigo el "gurrión" salieron "escopeteaos", el señor D. Antonio de Luna se hallaba en unas dependencias cercanas al cuarto de su querida esposa Dña. Antonia de Argaiz y Alfonso,  asistía mas que nervioso, "escagarruciao", al parto que en cualquier momento iba a acontecer, las comadronas con los "pozales" y "perolas" de agua caliente y el servicio de la casa con paños limpios estaban preparados para la ocasión, el parto venía al "aragüey", pero al grito de "vuadale", "arrea", unos "enviones"  certeros en la tripa, con la Maza Corellana culminaron con éxito la agonía de la parturienta. Todo había ido bien, la niña cayó en "colitatis" directamente a la "gamella", se  encontraba en perfecto estado, sus ojos claros y atentos delataban viveza e inteligencia, su rostro angelical era tan bello como el de su madre, la llamaron Águeda. La bautizaron con gran boato el 4 de Febrero de 1690 en la Iglesia del Rosario, "comoamí", el catering estuvo a cargo de "Fritos Rogelito" y fue amenizado por la Rondalla y Banda de Musica dirigidas con pericia y oficio por los maestros "Manolo El Centinela" y "Maestro Marcilla". "Al hombre venturero, la hija le nace primero"

"Aguarte", la joven Águeda cada día era mas hermosa, ya con 10 años su gracia y vitalidad llamaba la atención a todo el mundo, correteaba por las callejuelas del pueblo junto a otros críos y siempre acompañada de su hermana Josefa, hacer "juina", jugar al "bote-bote", "chapulquear" por los charcos y llenarse de "zascarrias" era su entretenimiento, aunque el mayor disfrute era "estozolar" un gran "carajon" en la cabeza de algún "chicholete" "perantón". No había día que saliera de la ciudad camino de extramuros para visitar a su querida Virgen de Araceli, una gran amistad le unía con "Juan Malasangre", el ermitaño que le tenía un gran aprecio, la protegía y mimaba en todo momento, muchas ocasiones fueron las que tuvo que arrear algún que otro "colotrón" algún crío faltonzuelo.

"Nosamolao", una parada era casi obligatoria antes de la visita a su querida Virgen, hacer acopio de algunos dulces y golosinas era fundamental, "La Fermina" por fin había conseguido la exclusividad en la venta de los "chochillos", todo un éxito; aprovechando que D. Agustín de Sesma y Sierra iniciaba las obras de la Casa de las Cadenas, la próspera "Fermina" dio instrucciones al recién llegado de Flandes y joven arquitecto D. Agustín de Fernandez y Prada, el cual había estado dando unas charlas alusivas a la edificación sobre "almendrón", para que acometiera sin mas dilación, la remodelación del local que esta había alquilado a D. Antonio de Gonzalez y Vigilia, sito en la calle Mayor, "cayó piedra", esta deseaba un local confortable, con aparcaborrricos, pared "pal" "marro", amplios pasillos bien ventilados y grandes lucernarias que dejaran pasar la bonita luz Corellana.

"Jomios", La criolería unas veces iban a "La Fermina" y otras veces al "Prudencio", este ultimo ante el avasallador impulso del negocio que había dado su eterna contrincante, no tuvo mas remedio que coger la exclusiva de los "petardos revientadedos" y las "gasiosillas rompeencias", "nosoloeso", sino que además ante la falta de local, compró un biciclo velocípedo propulsado a coces, este carromato de grafeno fue diseñado por el "Maestro Ciordia" y construido por "Maestro Cachena", disponía de compartimentos estancos, visera telescópica y un mecanismo hidráulico "parriba", "pabajo", movido a soplos, esto le permitía adaptarse a las distintas esquinas de la ciudad, además de poder sortear con gracia los "carajones", "cagarrias", boñigas, "cerrutos" y restos de "fiemo" depositados en las calles, la táctica a emplear para esos menesteres de la venta ambulante, era estar en un "memento" en primera linea allá donde se agolpaba el gentío.

"Paice" que estaba claro que nuestra amiga Águeda iba para monja, los "barruntos" de los últimos meses y la adoración por nuestra querida Virgen de Araceli le habían hecho tomar esa decisión, a su familia no le importaba, de hecho le encantaba esa opción, las familias nobles siempre habían tenido algún miembro en la Iglesia. "Odo", Lerma era el destino asignado para tomar el habito, la congregación de las Carmelitas Descalzas iban a ser las albaceas de la joven Águeda. Por aquel entonces, muerto sin descendencia el "roñoso" de Carlos II "El Hechizado", el ultimo rey "braguetafloja" de la casa de Austria, llega a España un Borbón, nuestro querido Felipe V "El Animoso", la familia de D. Antonio de Luna así como otras familias nobles e ilustres de Corella, apoyan su llegada como rey.

"Puesná", el ducado de Lerma, pequeña ciudad de la provincia de Burgos, dista unas 45 leguas de Corella, "pocosemeace", para la ocasión D. Antonio de Luna hizo preparar la "galera", esta era de grandes dimensiones, los asientos estaban forrados con piel de lechón, la techumbre hecha con un resistente toldo de "vindimiar" y perfectamente podían viajar 6 personas "ajuntaos", dos eran los animales encargados del tiro, un mulococero  y un rucio cojitranco, a las riendas nuestro amigo "Juan Malasangre", el viaje transcurrió tranquilo entre variopintas historias, algún que otro pedo y rezos, seis días de duro camino fueron necesarios para recorrer esa distancia, acompañada de su padre junto con unos amigos como escolta, viajaba también Bernarda Morales de Rada, joven de Corella y familia esta de Águeda de Luna, la cual acompañaría para juntas tomar los hábitos de la Orden Carmelita Descalza.

"Jomíos", Era el 3 de Noviembre de 1706, la pequeña ciudad de Lerma atesoraba varios conventos, casas nobles con magníficos escudos de armas y algún que otro "moscatelón", el convento de las Carmelitas Descalzas, construido por el Duque de Lerma estaba situado junto a la muralla, era el preferido por las clases nobles. Allí se encontraban las madres Carmelitas que eran las encargadas de formar a las novicias en su función espiritual, "esosí" siempre bajo la tutela  y dirección espiritual de los Padres Carmelitas, que se encontraban en un convento cercano dentro de la ciudad de Lerma. "Asabelo", Doña Bernarda Morales de Rada paso a llamarse Sor Rosa de la Concepción y Doña Agueda de Luna y Argaiz pasa a llamarse Sor Agueda Josefa de la Encarnación. "Mal por mal, mas vale una monja que un seglar"

"Comonó", por Corella y en esas fechas, el maestro tallista Juan de Arregui hace con la "estralilla" y a "pulso" la peana para la Virgen de Araceli y Diego Zabaleta la dora "quenitecuento". "Casiná", una magnífica labra heráldica es colocada en la esquina de la Casa de las Cadenas, este escudo que refleja las armas de los Sesma, Escudero, Sierra y Ruiz de Murillo, es  de acuerdo con la ejecutoria de hidalguía obtenida de los tribunales reales en 1704. "Loquetienequenó", Navarra y nuestra ciudad, es paso obligado para los ejércitos franceses que ayudaban a Felipe V en la Guerra de Sucesión, "quizir", cuando Felipe V subió al trono la gran mayoría aceptó al nuevo rey, pero el emperador "farruco" austriaco, Leopoldo el "mostrenco" no lo admitió nunca, provocando una revuelta a favor de su heredero Carlos de Habsburgo el "mendrugo", al final el perdedor del trono español.  

"Aloquiba", D. Agustín de Sesma y Sierra luchó como Capitán en la Guerra de Sucesión, que menos después de hacer la mili en el "Monte de los Cristianos" y las prácticas de tiro en "El Monte el Cuco", fue el día 8 de Diciembre de 1710 en la batalla de Brihuega, además tuvo que rascarse como venía siendo costumbre 50 doblones "umás", después apoyó al regimiento del Conde de Melun con 100 fusiles y sus correspondientes municiones.
"Reite, Reite", el dinero público invertido por exigencia de la guerra, enriquece a los hombres de negocios de Corella y de rebote salpica por tanto a otros comerciantes del pueblo, como "Las Azconas", "La Navarrilla", "El Barriga", "El Isasi" y "El Tío el Lebero", además de promocionar a numerosas familias Corellanas en las carreras administrativas y militares.

La historia continuará

Saludos Cordiales