jueves, 16 de julio de 2020

Sor Águeda de Luna, Capitulo II - Lerma, la ciudad elegida

"Patena divina", así era cómo se lo pasaban las monjas por el convento, "niacía"  falta salir de sus muros, de vez en cuando alguna charla místico profunda con algún fraile "sabelotodo", carmelita "rompechanclas" y por ende descalzo, huesudos juanetes y rollizos sabañones acompañaban desde temprana edad al religioso, como de costumbre con el hábito lleno de "lamparones" y con los bajos llenos de "zascarrias", "nialmental" la de "forruña" que transportada en los pliegues, la "roña" era obligatoria como preservación de la especie homínida. "Amor de monja y pedo de fraile, todo es aire".

En otras ocasiones y a ciertas horas, tocaba asomar el "almendruco" a través de las estrechas rejas de las celdas que daban a las calles cercanas y estirar las orejas para escuchar los últimos rebuznos y chismes de algún "lamecharcos" del ilustre pueblo; pocas eran pero algunas había, escapadas "escolgandose" por la "paretilla" para ver de cerca aquel "gaznápiro", "gañan" y "cierrabares" que mostraba cierto interés por la religión y las saludables religiosas, y por supuesto entre oración y oración, "nosamolao", siempre quedaba tiempo para atender y disfrutar de la cuidada huerta.

Las de Corella, Sor Agueda y Sor Rosa, las cuales llevaban en su sangre la sabiduría de las verduras, habían estado y perdido bastante tiempo, casi siempre a "cogotazos" todo hay que decir, en enseñar a los "cenutrios" de la comarca del Arlanza, unos auténticos "lechuguinos" y "zascandiles", el arte de la "hortofrutiortanchibiripatatotormofiemoribazocultura", "quizir", como "dientres" tener una huerta en condiciones. "Legumbre, hortaliza y verduras, frenan las apreturas".


"Porcierto", "naquever" con las "rencles" bien hechas de las huertas de Corella, ni los "coleteros" llenos de "simientes", ni el agua "paicida" a la de nuestro querido Río Cañete, "vasacomparar" el número de "samarucos" y la calidad de la "balrrana" de nuestras acequias, ni la del "fiemo" que elaboran nuestros "ganaos".
"Mas querría mis tierras cagadas de culo de oveja en redil y aprisco, que bendecidas por mano de obispo".

"Jomios", la huerta para las monjas tenía una doble función, era el espacio donde evadirse de la nostalgia,  atenuar las ansias, mitigar las rabias, frenar las angustias y claro está, dejar caer subrepticiamente, alguna pedobufa con sordina mantenida en si bemol, "esosi", sin "escagarruciarse", siempre mientras se "acachaban" a "escachuflar" la gusarapa cebollera; también gracias a su huerta, las mesas del refectorio lucían excelentes hortalizas, los "retorcijones" de tripas en la comunidad prácticamente habían desaparecido, las "cagurrias" eran menos frecuentes y que cutis "virgendelamorhermoso", así que de no haber sido precavidas en el acopio de semillas, el condumio del convento hubiera acabado con sus "estentinos". "Con huerta y verdura, alejas la sepultura".

"Comonó" iban a llevarse unas "simientes" de lo mejor de Corella, de nuestros afamados Pimientos del Cristal, de los inigualables Cardos Rojos, de las ventoleras Pochas de Corella, de los finos y repetidores Ajos, de las Cebolletas de la Virgen del Villar, "quiadazer" si no llevar unas cuantas "uñas" de Espárragos de Corella envueltas cuidadosamente en un "tormo", tesoro que generosamente les dio el "Tío Bizcochero", todo ello lo portaron en un gran "talego" escondido en la "faltriquera", y "namás" llegar a Lerma "escagarruciaron" unos cuantos huesecillos de Cereza que le quitaron del huerto al "Tio Zurri", estos últimos sirvieron para llenar el huerto de lindos y floridos cerezos, "paquemás". "Un poco de algo y mucho de tomate y no habrá quien te mate".

"Puesná", los años transcurrían con tranquilidad dentro y fuera del convento, Sor Águeda siempre acompañada por su cuñada Bernarda, "quizir", Sor Rosa de la Concepción; "amosaver", "paquentendais", Bernarda era hija de D. José Morales y Asiain y Dña. Bernarda de Rada, esta ultima de ilustre familia de Murillo el Fruto, señores del Palacio de Rada.

Su hermano, el de Bernardaaaaa! D. Juan Manuel Morales de Rada, casó con Dña. Francisca de Luna y Argaiz, hermana de Sor Ägueda de Luna, ¡"mentendeisloquequieroizir"!. Ambas devoraban la vida de Santa Teresa de Jesús y  casi se sabían de "carrerilla" Camino de Perfección, otras veces les apetecía instruirse con "Crispin, TBO, Dominguin y Pulagarcito", "nopasanaaaaaaaaaaaaaaaá", y de vez en cuando le daban a la poesía mas que profunda de San Juan de la Cruz, como les gustaba Noche Oscura, "arabien", respeto total a Maitines, Laudes y Vísperas, a los cuales entraban cantando la jota "Tiene los ojos azulessssssss...de tanto mirar al cieloooooooooooo"pero no había día que después de la Prima, Tercia, Nona y Sexta no jugaran con el resto de la congregación en el claustro al "Marro" o al "Chugo, Mediamanga, Mangaentera y Patatón". "Gente de sotana, logra lo que le da la gana".

Miguel de Molinos
"Tevuacontar", años antes, allá por el 1675, un baturro cabezón de Muniesa, "quizir", de Teruel - Aragón, entre "botarate", "penco", "jandro" y "ababol", ¡"amos"!  un "caracartón", publica en Roma una Guía Espiritual, este se llamaba Miguel de Molinos, sacerdote, escritor místico, cansautor, "aldraguero", teólogo y excelente jotero, creador del "Quietismo", "palos" de Corella, los "Piesquietos". La fama de sus razonamientos y pensamientos, anda que no era "cansalmas", se extienden y surgen multitud de seguidores a esta nueva forma de ver y practicar la religión, un tanto peculiar todo hay que decir. Pronto llegan a España noticias de los escritos espirituales de su hijo jotero, "quiadazer" "sinoenteranos". "Roma, Roma, la que a los locos doma y a los cuerdos no perdona".

"Paiceser" que Sor Águeda, lectora ávida de los clásicos, queda fascinada por las teorías Molinistas y sus nuevas reflexiones, que duda cabe que las jotas eran mejor cantadas las de Corella, "esosi" este "jandro" "apagacandiles", escritor y teólogo las bailaba y ceñía el cachirulo mejor que "naide". "Atense los machos", sabía también que el clero y la inquisición habían perseguido a Miguel de Molinos y le habían "dau" "delolindo" a el y a sus seguidores. Sor Águeda era también conocedora que por nuestras tierras riberas había un discípulo del tal Molinos, este era D. Juan de Causadas, canónigo racionero y "cenutrio" de la colegial de Tudela, un "lloramigas" que hizo proselitismo, "quizir", ganar adeptos a la causa, este último convencido de la bondad de su doctrina, la difundió cuanto pudo como un "estripacuentos" en conventos, tabernas, clubes de alterne, clérigos, centros comerciales, personajes influyentes del clero y polígonos industriales. "Con los curas a oscuras no te quedes, que aunque llevan faldas no son mujeres".

"Quia", "vasaver", este tenía un sobrino, Fray Juan de Longas, carmelita descalzo, un "bebecharcos", lego y famoso por estas tierras como el "bocabuzón", conocido entre sus acólitos, "quizir", seguidores, como "El hermano Juan", un "cabezalberca", este fue el verdadero propagador de las doctrinas molinistas, no solo en nuestra tierra sino en tierras de Burgos y Soria a las cuales acudía regularmente en "La Veloz Sangüesina", "Frailes y monjas, del dinero esponjas". Este "atolondrao" dogmatizó con triste fortuna tanto a frailes de su orden como a nuestras monjas de Lerma. Las teorías de esta ilustración y de los iluminados españoles irrumpe con fuerza en Sor Águeda, "paiceser" que no acaba de entender bien la teoría y convierte como el resto de seguidores algo espiritual en algo mundano. "Para que quiere el cura perro de caza, si el conejo que pilla lo tiene en casa".

"Quetevuacontar", la nueva Iglesia de Araceli estaba concluida desde 1708, Corella rebosaba tranquilidad como siempre, los humildes labriegos acabadas sus duras labores, disfrutaban de sus ratos de tertulia en los mentideros de las numerosas tabernas de la ciudad, los de familia noble venida a mas, miraban con altanería el pasar de la gente desde las balconadas del Nuevo Casino Corellano y los de familia bien venida a menos intentaban a duras penas ubicarse en los distintos corros de la ciudad. "Ponte a dar y te vendrán a buscar, ponte a pedir y verás a la gente huir".

"Aloquiba", Todos ellos sin excepción habían tomado partido por el Borbón Felipe V "El Animoso". Corría el año de 1710,  "La Fermina" comenzaba una nueva remodelación de su Fashion Mall y las Cohortes Corellanas habían regresado victoriosas de las batallas de Brihuega y Villaviciosa de Tajuña, la guerra de Sucesión estaba en auge y Felipe V tenía su corte en Valladolid, gracias a nuestros apuestos paisanos Felpe V había tomado un respiro en la Guerra de Sucesión y pudo entrar victorioso en Madrid a descansar unos días.

"Aguarte", por esos días, la familia real, Maria Luisa de Saboya y su hijo Luis estaban en Vitoria, habían acordado reunirse con el Rey en Zaragoza a mitad de camino, pero la reina María Luisa no andaba bien de salud, los médicos le aconsejan, "comonó", acudir y descansar una larga temporada en nuestra ciudad, el "faboño", los "gurriones", las verduras de "La China", "La Pila" y "La Mureña", el "confitusdeo", las tascas y el buen ambiente reinante en la Calle Mayor harían el resto, así que dan inicio a los preparativos del viaje. El Virrey de Navarra, el italiano "caraflema" D. Fernando de Moncada y Gaetano, Duque de San Juan, un "comestacas", envía a Corella un emisario para que dispongan y provean de todo lo necesario para albergar y atender a la familia real, corte, guardia real, "sacamantecas", "acabacasas" y "correveidiles". "Tepaicerá", "niasustanos", casas grandes y bonitas teníamos, cuadras gigantescas, lechoneras, galeras, carruajes, calesas y mulos coceros de sobra, la entrada por el Portal de San José espectacular, solo teníamos que limpiar de "yerba ribacera" y "carajones" algún que otro camino. "Con lo que Dios manda y el Rey ofrece, no hay mas que joderse".

"Jomios", la comitiva hace su entrada entre vítores y aclamaciones al son de los clarines, todo el pueblo acude al recibimiento, Don Feberico dio permiso ese día de hacer "juina" a toda la criolería. El cortejo es escoltado por los insignes y bravos Maceros de Corella, son recibidos por Regidores, Alcaldes, Justicia, Escribano y "Gorgorito"; allí está "Juan Cruz El Cachena con su Palio", se encuentra en el Portal de San José y en su mano una buena "ligarza" ahuyentadora de gentes; tronaron los arcabuces, mosquetes, tercerolas y algún pedo que otro, eran las 4 de la tarde de un 14 de Junio de 1711, sol radiante plomizo, cigüeñas amenazantes llenas de "cagurrias", bochorno ribero pegajoso, que emoción, de "corri corri", el "cagaprisas"  de Felipe V entra al "trotecuto" acompañado de la reina y su hijo el "chicholete" Luis, Principe de Asturias, vienen "eslomaos" y con poca "bigornia", el Rey sudando la badana con el "piazo" peluquín-bisoñe que llevaba, un autentico "collerón", la reina muy débil y con la cara llena de "corronchos", iba trasladada confortablemente en una carroza llena de cojines de plumín de chotacabras y almohadas de plumón de focha común, todo ello de la afamada boutique "Chez Moi", el rey tenía 27 años y ella 23. "Por mas que te halaguen los de enfrente, nunca olvides a tu gente".

"Mepaiceami" que la ciudad cumplió con mas que honores el recibimiento dado, aunque sus majestades los "esbaratabailes" no lo quisieron admitir, y como venían cansados dejaron el besamanos para el día siguiente, "piolpaellos".  Lo que acompaña a la corte la componen multitud de "huelegateras", "tuercebotas", zampabollos, "arrastracueros", "muerdesartenes", "abrazafarolas", "esgarramantas" "escornacabras" y "tragaldabas" , gracias a los cuales y a sus caballerizas hubo escudos y reales para las tabernas, posadas y abacerías, y "carajones" para todas las huertas de Corella. "Reyes y gatos son bastante ingratos".

"Cojona", todavía le tiemblan las piernas al "Prudencio", que ventas, que "hauche" hizo el "gañan", todo el éxito debido al nuevo carromato de grafeno, "tintimozos" telescópicos, "dentellón" de anclaje ergonómico, "estornija" de titanio reforzado y sensor "anticagurrias cigüeñera", una verdadera aúriga; ¡como supo "eslegir" el sitio!, la curva de la "costera" donde "El Mariico", allí ancló su aeronave ricamente ornamentada con adornos florales, sabía que era la zona del derrape y era allí donde amainaba la velocidad de la comitiva ante el peligro de "esbararse". No hubo Guardia de Corps que no se llevara un fajo de sus famosos "esplotos", ni doncella que no se deleitara con sus regalices "manoseaos". Llamaba la atención "alau" del veloz carro Maese Bufa, un "pataliebre", espigado, contrahecho, "pelma" y feo de cojones, virtuoso organista del Rosario y amigo intimo del "Prudencio", magistralmente interpretaba al clavicordio partituras sacras compuestas por la Orquesta Araciel mientras devoraba vorazmente un "currusco" del pan del "Masitas". Perooooooooooooooooo, esta aventura de la estancia en nuestra ciudad de  los reyes será desvelada y narrada en próximos capítulos.

"Amosaver", Sor Águeda no pudo asistir, por eso se llamaban de clausura, "quietasahí", continuaba afanosa leyendo la Guía Espiritual de Molinos y atendiendo las visitas del "bocachancla" de Fray Juan de Longas, todo ello se ocultaba, ya que los seguidores del jotero cansautor eran perseguidos por el Santo Oficio, eso eran palabras mayores, a nada que hacías o decías te sacudían con la "Garrota Revientajuanetes", te sacaban las "mensillas" o te socarraban las criadillas. Bien pronto Sor Águeda de Luna ganó fama de virtud extraordinaria y casi de santidad, de tener el don de hacer milagros y de llegar al éxtasis, "casiná", toda esta fama la divulgaron y testificaron el "ababol" de Fray Juan de Longas, el "lerdo" del prior de Lerma, el "chindol" del padre provincial y otros "sinaforros" de frailes de la congregación. Creció la fama por el don milagroso que le fue concedido, expeler por la orina, no sin grandes dolores, "quiadazer sinodoler", ciertas piedrecillas de color sangre, aromáticas y con una cruz impresa en un lado y una estrella en el otro, estas piedrecillas obraban curaciones prodigiosas. "Con los curas y los frailes, buenos días y buenas tardes".

"Odo Petaca", Las hazañas de Sor Agueda traspasaban las "paretillas" del convento, llegaban de pueblos cercanos campesinos, hijosdalgos, nobles y de cualquier condición, "esosí", limpios como la patena, solicitando curaciones y cualquier tipo de milagros, su fama se fue extendiendo y también llego a Corella, "quiadazer" "sinoenteranos". Su padre D. Antonio de Luna presentaba recaídas en su salud, mas mental que física, "paice" mentira que siendo de Corella tuviera esas ventoleras. No sabría deciros si estos dichos y habilidades de su hija le daban paz o bien le provocaban "retorcijones" de tripas, cólicos misereres o lo "atolondraban" aun mas. "La locura no tiene cura y si la tiene poco le dura".

Dña Antonia de Argaiz y Alfonso sufría por su marido y por la boda que andaba preparando de su otra hija. Dña Josefa casó en la Iglesia del Rosario en 1714 con D. Blas de Loya y Gaztelu, Mariscal de campo, Caballero de Santiago, Comendador de Segura y Ayudante General de los Reales Guardias de Corps "casiná". Un año después nacería su hija Josefa de Loya que a la edad de 9 años, "mepaiceami" un poco pronto, profesaría la religión entrando en el convento de Corella siendo la abadesa su tía Sor Agueda de Luna.

Las ideas Molinistas se habían extendido pero el Santo Oficio andaba tras ellos, el Obispo de Oviedo, seguidor de Causadas y Molinos, D. José Fernandez del Toro, un "cansalmas", había sido llamado a Roma por Clemente XI para pedirle explicaciones sobre como entendía la religión, "queseso" de no seguir las directrices de la Santa Iglesia, ni dándole con la "badileta" ni con el "pozal" lleno de "torteruela" modificó su actitud,  "si por agre", Así que en 1716 fue encarcelado durante un tiempo en el Castillo de Santangelo, lo dejaron regresar a España "aver" si cambiaba algo, pero en breve volvió a las andadas, no tuvieron mas remedio que encender una buena "lumbre" y tostarlo al ast. Isabel de Farnesio fervorosa católica sugirió que la inquisición actuase con rigor, la "charada" tuvo lugar en el centro de Logroño. "El que se alegre del mal de su vecino, el suyo le viene de camino".

"Quetevuacontar", ese mismo año Sor Agueda de Luna toma como confesor al "pecholatas" de  Fray Juan de la Vega, natural de Liérganes- Santander, provincial de los carmelitas, le llamaban El Estático, "pamí" un "cataplasma", un "cuerpoescombro", sus compañeros los frailes propagaban que desde San Juan de la Cruz no había otro religioso mas penitente y mejor "peinao" que el, menudo tipejo, había pervertido a otras religiosas y ahora tenía el poder sobre Sor Agueda, estaba difundiendo por España la forma de santidad y milagros de su amiga, cuya vida escribió presentándola como modelo de verdadera santidad. "Caballo que a treinta pasos ve una yegua y no relincha, es que está malo o le aprieta la cincha". 

"Aguarte", los años transcurren en el convento no sin sobresaltos, Sor Agueda muy a su pesar y mal influenciada por su confesor continua atendiendo con su milagrería a todo aquel que lo precise, es bien considerada y no hay quien discuta sus poderes. "Alcanzaras buena reputación esforzándote en ser lo que quieras parecer".
La necesidad de encomendar el cuidado de la Virgen de Araceli a la Orden Religiosa de Santa Teresa venía pensándose desde 1708, Juan Malasangre el Ermitaño debería a no ser muy tarde buscar nuevo acomodo, que mejor que nuestra Sor Agueda de Luna para dirigir la Orden en Corella. Su padre D. Antonio de Luna fue incapacitado el 9 de Agosto de 1920, la cabeza la tenía hecha un "chandrío", como si le hubieran "dau" de "colotrones" con una "estralilla", y no me "marro" nada, todo esto lo certificaron los médicos del pueblo D. Juan Gregorio de Ausejo y D. Tomás Lopez del Castillo. "Desde hace muchos días se halla enfermo y turbado de la cabeza, padece la enfermedad de la melancolia morbo y que por dicha enfermedad no puede hacer tratos ni contratos de ninguna manera". "Aménjesúsquedioslotengaensugloria".

"Solo hay una cosa en el mundo peor que estar en boca de los demás, y es no estar en boca de nadie" 
La historia continuará