domingo, 12 de enero de 2020

Sor Águeda de Luna, Capitulo IV - La Inquisición

"Paiceser" que "Maese Perantón" no congeniaba mucho con el "Homínido Cagarruciensis", andaban a la greña por unos llamativos atuendos que el Cardenal Alberoni, debido al "escagarrucie" y su súbita salida de España, dejó olvidado en la "Cueva de la Mintirina". 
Tardes llevaban viendo a "Mambrú Mascapanes", usando la Dalmática y el Amito del cardenal a modo de "anorás", "pamásinrri" vistiéndolos mientras "hedraba" los ajos en "Ampol"; y "quiadazer"  "sinovela", a "La Muerte Calaña" en "colitatis", llena de "zascarrias" y dando volteretas por "Güarre", dejándose atrás el Cíngulo y llevando a rastras la Casulla del susodicho. Tales desavenencias significaban que algún apercibido, perspicaz y avispado lugareño diera buena cuenta de los atavíos eclesiásticos. "Justo es que pierda lo suyo, quien robar quiso lo tuyo".

"Guzman el del Chuzo" , llevaba años como ministril de la ciudad de Corella, fue el encargado por orden del Corregidor de ir rescatando junto a "Los Maceros" y "El Corellano Jotabrava" el ajuar del prelado, Se habilitó con unos acarreos el rápido velocípedo turbopirolitico de "Juan Cruz el Cachena con su Palio", "quizir", un "remolquillo" con sus "tintimozos" y "pugueros", gracias a la rápida intervención, además de los mencionados ropajes, fueron recuperados varios hábitos, albas, estolas, manteos, cogulla y un ornamentado báculo escondido bajo las andas de "La Muerte Calaña". Era bien sabido por todos los vecinos, que dichos atuendos pasaban a ser propiedad de la Basílica de Nuestra Señora de Araceli y de su albacea, la abadesa Sor Águeda de Luna. "Con orden y medida, pasarás bien la vida". "Aménjesusquediosnostengaensugloria".


"Quien tuviera la dicha de ver a un fraile en el brocal de un pozo y arrempujarle", este aforismo viene a cuento, ya que nuestra desdichada monja, fue influenciada en todo momento por las teorías Molinistas, a Corella llegó con aureola de milagrera y en nuestra ciudad continuó con esa fama, "esosi", animada y ayudada por los acólitos  de Miguel de Molinos que muy cerca revoloteaban. "Queizir" de D. Juan de Causadas, discípulo aventajado y canónigo de la Catedral de Tudela, un "Quitahipos", al cual la Inquisición se lo llevo a "trotecuto" a Logroño y lo quemo poco a poco, "lentement", con lumbre de cecua de olivo, "paqué" le doliera mas, no quedó "nipacaldo". Y "queizir" del sobrino de este últimoFray Juan de Longas, un "peinaovejas", todo el día saltando la "paretilla" de Araceli, anda que no ha "llevao" varazos el "bebecharcos", bien conocía la famosa vara de fresno de "Juan Malasangre", si lo hubiera "matao" otro gallo hubiera "cantao", con este "lloramigas". "Mentiras de día y pedos de noche, los hay a troche y moche".


"Pamí" que El Molinismo existía mas o menos encubierto, casi siempre sus encuentros y sus acciones dentro de sus seguidores eran mas de lujuria, concupiscencia, goce y desenfreno, que de herejía y sacrilegio, años antes en 1721 ya habían encerrado en el Castillo de Santangelo de Roma al Obispo de Oviedo, D. José Fernández de Toro, por ese y otros motivos llamado "acojono-canguelo", los acólitos del baturro andaban con pies de plomo, la Inquisición no paraba de hacer "Charadas" y "Chumarros" por todas las capitales de provincias. "Con los curas y los frailes, buenos días y buenas tardes". 

La doctrina de Miguel de Molinos declaraba que la perfección espiritual, no solo es compatible con las pasiones humanas, sino que se logra mas fácilmente, dándoles rienda suelta, con satisfacción y aún hartura.
"Quiadazersinó", hubo un relajamiento en las normas de los conventos, un libertinaje en los preceptos y liviandad en los reglamentos, ¿Cómo era posible que se levantaran a las 12 de la mañana?, ¿Cómo era posible que hicieran vermú torero?, ¿Cómo era posible que llevaran leotardos de la boutique Chez Moi?, "Vua", todo ello, gracias a las transgresoras y "pasmasuegras" teorías molinistas, difundidas y aprovechadas por ciertos frailes "meapilas" que a la vez eran confesores de las monjas, unos "tuercebotas", las creencias de la ilustración y sus iluminados hicieron mella en la "acerola" de algunos "cogotones". "Ni fraile por amigo, ni clérigo por vecino".

"Tevuacontar"en Corella por esas fechas existía un clima de esparcimiento muy peculiar, todas las profesiones, labriegos, panaderos, "cagalindes", olleros, molineros, "comechapas", curtidores, sastres, herradores, "sacamantecas" y tejedores rondaban por las tabernas de la Calle Mayor, buen ambiente como siempre, bastante habían dado el callo, todo el mundo en cuanto se "daba de mano" quedaban para las meriendas en las numerosas tabernas de la ciudad, posiblemente fuera la mejor hora del día, había que volver a casa con todos los chascarrillos y noticias frescas de la ciudad; mientras oteando el horizonte, los escudriñadores hidalgos de familia bien venida a menos, intentaban sonsacar algunos maravedís de algún incauto lugareño, y de paso afanar sobrantes de la  pitanza o condumio de sus vecinos. "A lo que deba el hidalgo, échale un galgo". "Mucho aparentar y mucha hidalguía, y la despensa vacía".

"Queizir" del ambiente artístico, pintores, "acabacasas", escultores, arquitectos, "esgarracalzas", herreros, canteros y tallistas, estos tenían campo abierto a sus respectivas profesiones, la abundancia de casonas ilustres de rancio abolengo, buenocasi de podrida alcurnia iglesias, conventos, cuadras, cochineras, hacía que continuamente fueran saliendo de sus talleres magnificas obras, unas quedaron en Corella y otras fueron a parar a pueblos vecinos. "Dudoso es heredar y seguro es trabajar".


"Aloquiba", Cuando las monjas carmelitas se hicieron cargo del convento, se encontraron en la Iglesia un retablo mayor y dos laterales, uno dedicado a San Gregorio y otro dedicado a San Pablo, "paice" que no les gustó la ubicación, y ellas hicieron que pasaran a ocupar las capillas recién levantadas al pie del coro, y el retablo mayor fue retirado al interior del convento. Así comenzaron las obras de ampliación de la basílica de manos del Licenciado D. Agustín Fernandez de Prada y de Virto de Vera, ayudado por su inseparable amigo el tracista de la Orden Carmelita, por esas fechas también se dieron inicio a la construcción de los tres retablos de Araceli, el mayor y los laterales.

Fray José de los Santos, que por aquellos años residía en el convento de los Padres Carmelitas, hermano lego, jotero en sus ratos libres y maestro de arquitectura, fue el encargado de realizar esa magnifica obra. En la génesis y construcción de estos magníficos retablos, participaron maestros de distintos oficios, ensambladores, arquitectos, escultores, entalladores, carpinteros, canteros, herreros, pintores, doradores, no nos olvidemos de los del botijo, la bota, correveidiles, pisacables, tirandamios, manchafrisos, rompecirios, en fin, un proyecto colectivo que daría como resultado obras de una enorme complejidad técnica y decorativa pero de una belleza digna de admirar. "Mas vale hombre feo con buen arreo, que mozo bonito y sin un pito".



"Asabelo", Sor Águeda de Luna durante dieciséis años, vivió en el convento de Lerma con reputación de santidad, con una nombradía de santa favorecida por la gracia de Dios, que la distinguía de los demás mortales haciéndole evacuar por vía urinaria, "quizir", por el orín, y en medio de los mayores dolores, como los del parto, unas piedras color de sangre que llevaban impresas por un lado una cruz y por otro una estrella, "digoyó", "nopuenser" muy grandes, y que tenían el poder de hacer curaciones milagrosas.

Si hacemos caso de lo escrito por Juan Antonio Llorente, "caraflema" e historiador de la Inquisición, "vamosbuenos", cómo se le nota la rabia que nos tenía a Corella, "queeeeeraaaa" de Rincoooooon de Sotoooooooooooooo, decía también en sus escritos que sus padres fueron a sanar con nuestra Sor Agueda de Luna y "nadená", claro que "nadená, si venían "gangrenaoooooos", como los vamos a curarasí que la pasión movida por el odio hizo que plasmara datos que posiblemente no coincidieran con la realidad, "aumás", el mismo confesó que quemó todos los escritos oficiales de los cuales se sirvió para realizar su obra, "Belloto, mas que Belloto", que eras un "Membrillo", "Gorgorito" te tenía que haber "majao" a estacazos. "Mas vale callar que con borrico hablar".

"Aguarte", por otro lado Marcelino Menendez y Pelayo en su Historia de los Heterodoxos Españoles reconoce que no hubo tantas pruebas como dice el Inquisidor Llorente y afirma que en este proceso hubo algo de ensañamiento y no de rigurosa justicia. Por ultimo Vicente de la Fuente, historiador y canonista dice en su obra que la verdad de lo que allí hubo no se ha podido averiguar todavía, si bien parece se procedió con demasiada prevención por herir a la orden que pertenecía. "Paiceser" que los sucesos del convento Corellano, mas que un brote molinista fueron una desviación místico esquizofrénica, digna de caer en manos de un siquiatra en vez de un inquisidor. "Ni treinta monjas ni un abad, pueden hacer beber a un asno contra su voluntad"

"Pueseso", Bajo el ministerio del Inquisidor Juan de Camargo, Obispo de Pamplona y natural de Agreda, es cuando la secta de Molinos hizo grandes progresos en España, el mencionado Inquisidor, "pelazarzas" y "gañán" es el que se llevó las semillas de nuestros Cardos Rojos a su pueblo y nos "empreñó" a los de Corella. "Dale al diablo lo que es suyo, lujuria, envidia y orgullo".

"Aloquiba", el Molinos, había formado un gran numero de discípulos que expandieron su doctrina, las apariencias de una profesión espiritual, asociadas a un sistema que dejaba libre desahogo a los desordenes del alma y del cuerpo, sedujeron a muchas personas, "osease", el libertinaje mas desenfrenado. Se dijo que la superiora había tenido varios hijos con el provincial de carmelitas descalzos y que ademas sujetó a su sobrina mientras el provincial hacia el ultraje al pudor de la joven muchacha, "si, por agre". La Inquisición trato con rigor a las religiosas que vivían de este modo, pero a excepción de algún que otro castigo llamativo, las penas se redujeron al traslado a otros conventos de la orden. El Inquisidor Camargo murió el 24 de Mayo de 1733 después de haber ejercido sus funciones durante 13 años, Felipe V se las confió a Don Andrés de Orbe y Lareategui, Arzobispo de Valencia y Gobernador del Consejo de Castilla. "De inteligentes y de sabios, es perdonar injurias y olvidar agravios".

"Nopueser", la vida de Sor Águeda de Luna se complica, el llamado "El Estático"  y "zarrapastroso" no para de liarla fina, Fray Juan de la Vega, provincial, confesor y "correveidile" oficial de las monjas, pervertidor de las religiosas y difusor de la santidad y milagros de su amiga, tanto habla, tanto raja, que la Inquisición toma cartas en el asunto. Es detenida el 27 de Febrero de 1737 en el convento de Corella a los 47 años de edad. El Santo Oficio, azote implacable de milagrerías, prendió a la Madre Águeda, la encerró en las cárceles de Logroño y obtuvo de ella confesión plena por medio de la tortura.
Cuando el Santo Oficio apresó a la madre Águeda , dice en el auto de fe, que otras monjas cómplices fueron y sacaron todos los papeles, alhajas y dinero de los que había estafado y los pasase a otra celda que no era la suya, lo que hizo muy pronto y después de traídos quemaron los papeles, que si el santo oficio los hubiese cogido, algo mas hubiera probado por ser ellos mas de los cómplices. Cuando sacaron a la madre Águeda para llevarla, preguntó a una de las cómplices si el tribunal había cogido un atado de papeles, que estaban en un estante y como le dijeron que si, lanzo un "ayyyyyy" lastimoso diciendo, "perdida soy". "A los curas no les pidas, a los frailes no les des, de los ricos no te fíes, que te amolaran los tres".

"Jomios", En el Auto de Fe celebrado el día 30 de Octubre de 1743, titulado "Monjas de Corella", los Inquisidores de Logroño,  Andrés Francisco de Arratabe y Pablo de Dicastillo, explican que por mandato de sus superiores, engañados por falsos signos de santidad y seducidos por su avasalladora hermosura, "quiadazer", siendo de Corella, fundó en Corella un convento de su orden, donde inició y enseñó a las mojas, los errores e inmoralidades de Miguel de Molinos, - ojo,ojo, a lo que viene-, pervirtió a casi todas, "fo", uniéndolas en asquerosa crápula con los frailes de su orden, cuyas huertas estaban divididas por un camino y una "paretilla", siempre a los de Corella nos ha gustado saltar las paretillas.

"Agarraisus", Uno de los milagros mas portentosos de la Madre Águeda, como he relatado anteriormente, era la facilidad que Dios le concedía para expeler por la orina, no sin grandes dolores, ciertas piedrecitas de color de la sangre, aromáticas, con una cruz impresa en un lado y una estrella en el otro, estas piedrecitas obraban curaciones prodigiosas en todo tipo de enfermedades, el Santo Oficio averiguó que tales piedrecitas se confeccionaban con polvos de ladrillo y agua de olor por unas de las monjas, "Paiceser" que la vida que llevaba no era muy de santa, ya que una de sus cómplices reveló que había parido varias veces e incluso reveló el  lugar donde se había enterrado el fruto de sus partos. "Al hierro el orín y la envidia al ruín".

"Amosaver" De todas las monjas encausadas, solamente Sor Águeda de Luna murió, y fue en la cárcel de Logroño el 28 de junio de 1738, después de 16 meses encerrada y sometida a tortura por el Santo Oficio, dicen que confesó que toda su vida no había sido sino una sarta de embelesos, tan violentas habían sido las torturas que se le aplicaron que murió a consecuencia de ellas en la cárcel, antes de que se hubiese acabado su proceso, "Lamadrequelosparió".
Sor Águeda no fue la única monja de Corella implicada en el asunto, Sor Josefa de la Purísima Concepción, en el siglo, "quizir", como se llamaba antes de tomar hábitos, Doña Mª Josefa de Loya, sobrina de Sor Agueda y natural de Corella, esta fue la que delató a la inquisición todas las abominaciones que ejecutaba, por medio de una carta que arrojó desde el coro y que llegó a la Inquisición, Sor Josefa fue recluida en el convento de las Carmelitas de Logroño, su familia de noble abolengo como su tía Águeda, dio nombre a la calle Loya de Corella donde vivió, se refiere a Don Blas de Loya y Gaztelu, Caballero de la Orden de Santiago, natural de Sangüesa, casado en Corella el 8 de Octubre de 1714 con Mª Josefa de Luna, hermana de Sor Águeda.

"Atense los machos", Doña María Josefa de Loya de la Concepción, natural de Corella y sobrina de la Madre Águeda, monja en su mismo convento, entró en el a la edad de once años sin el beneplácito de su madre (su padre ya había muerto), criándola a su maña y en breve tiempo entro en toda la falsa doctrina y por estar confesa y arrepentida se leyó su causa solo ante los del Santo Oficio y confesó lo siguiente - Que era cómplice con otro y otras de la doctrina de Molinos, haber renegado a Dios y de su Santísima Madre y de su Santa Ley Evangélica, haber tenido pacto con el demonio, haber entregado su alma por escrito, haberle adorado como a Dios y creído que el solo le podía dar felicidad en esta vida y en la otra, haber hecho menosprecio y escarnio de la Cruz de Cristo, que con sus frailes eran muy frecuentes los actos carnales y siempre con el pretexto de la confesión y que cuando no entraban era una conversación deshonesta y lasciva de los actos pasados y de otros futuros.

"Tomapatenas", Sor Josefa de Jesús, la boticaria, en el siglo, Doña Josefa Alvarez de Terroba, natural de Viana, de 31 años, se confesó cómplice de Sor Águeda, pero ella estuvo en su declaración parte negativa y parte diminuta, por lo cual la dieron tormento. Consiguió licencia para ser admitida en el convento de Corella y estando ya en dicha ciudad para tomar el habito, los padres confesores tuvieron que verse con ella diferentes veces y siempre con el pretexto de la confesión, unas veces en el confesionario y otras en la casa donde esta se hospedaba, diciéndole que por este medio cobrarían en este mundo ella y ellos fama de santos, y en el otro mucha gloria

Después de tomado el habito fue algún tiempo contraria a la madre Águeda, una "estripacuentos", pero a instancias de esta se venció y la que antes era poco afecta, ya a banderas desplegadas la defendía y sacaba la cara como un basilisco. Pario tres veces y como era boticaria muy diestra, componía las bebidas para que resultasen los abortos y no estuviesen ociosos los cómplices y era ella la primera que las tomaba, tuvo muchos actos carnales con el demonio ya apareciéndole, ya imaginarios, que muchas veces estando en la oración sentía muchos impulsos lascivos. Esta tuvo que salir con Sambenito de un Aspa, le dieron seis "macos" y fue recluida en las Descalzas de Pamplona.

"Vasaver", Sor Rosa de Cristo, delatada por la anterior, en el siglo Rosa Alonso, natural de Calahorra, de ilustre sangre, fue monja y presa en Corella, la recluyeron en el convento de Palencia. Acusada de todo lo que confesó la primera, pero ella estuvo reticente por más de seis meses. Tenía escrito el rezo de la madre Águeda con himnos, antífonas y lecciones. La "revientabaules" parió cuatro veces y no tiene más de treinta y tres años. Cuando entró monja iba con la doctrina de Molinos, pues fue cómplice con el hermano Juan de Longas. Viendo que no confesaba nada de sustancia y que se había tragado el tormento, fue registrada por orden del santo tribunal por médicos y cirujanos y la dieron por tan virgen como su madre y preguntándole por su entereza, respondió que siendo niña tuvo un dolor de muelas y al tiempo de sacársela le metieron el gatillo mucho y con la conexión que tiene de arriba con la de abajo se le abrió. "De esta vida sacarás, lo que disfrutes nada mas".


"Cagüendioro", Sor Teresa de la Encarnación, en el siglo Doña Teresa Alonso, natural de Santo Domingo de la Calzada, no confesó nada de lo gordo ni tampoco de los actos carnales, le dieron tormento y el tiempo que duró lo pasó cantando el Tedeum Laudeamus en acción de gracia, pero por orden del Santo Tribunal fue registrada por médicos y cirujanos y la dieron por tan virgen como su madrefue trasladada al convento de Soria. "Si tomas una mal camino, no esperes buen destino".

"Amos", Sor María Antonia de Santa Teresa, en el siglo María Ramirez de Arellano, natural de Navarrete, monja de las descalzas de Burgos. La causa de esta era reducida a ficción de virtudes, revelaciones, apariciones de animas y otros mil embustes, pero con grandes indicios. Fue aprehendida en los mismos delitos que las otras, pues se comunicaba con la misma boticaria, tenía las mismos accidentes y el arrojo de piedras, los conductos para su embustes fueron los mismos padres que a la madre Águeda. Fue condenada a dos "cogotones en el pescuezo" y un año de penitencia en el convento de Valladolid, en el auto de fe, salió sin Sambenito. "A la primera perdón, a la segunda bastón".

"Cojona", Su principal cómplice, Fray Juan de la Madre de Dios, Juan el Estático, natural de Liérganes, en la montaña de Santander, en el siglo Juan de la Vega, un "zote" y Molinista de pocas luces, Predicador, Prior en varios conventos y Provincial de Navarra, fue el "palurdo" que trajo a la Madre Águeda desde Lerma, dicen las malas lenguas, que vivió en infame concubinato con ella muchos años del cual resultaron cinco hijos. Cuando vino a fundar vivieron como marido y mujer todo el tiempo que estuvieron en el hospicio sin cerrar la clausura, y no la dejo sino el tiempo que fue provincial, en el cual se lleno de celos y mando a las monjas que mientras estuviese ausente, no tuviesen accidentes ni arrojos de piedras, por no dar lugar a que entrasen otros frailes. El "quitahipos" salió en un autillo de fe, dos varazos con la de fresno, ocho estacazos con la de Gorgorito, y se le envió recluso al solitario convento de Doral, donde al poco tiempo murió. "El hacer bien a gente ruin tiene buen principio y muy mal fin".

Fray Pedro de San José, en el siglo Pedro Ascasuis, un "baldragas "natural de Escoriaza, Predicador Mayor y Lector de Teología en Pamplona, fue preso en Corella, condenado en el Auto a "abjurar de levi", "quizir", reconocer los errores y arrepentirse. Este "cenutrio", cuando estuvo en Corella haciendo lo que su provincial le había mandado, pidió a los señores inquisidores licencia para absolver de herejías y habiendo sido negada recurrió a la suprema pero le sucedió lo mismo. El Pecholata" decía a las monjas que no tenían obligación de delatarse hasta que fuesen los ministros del santo tribunal por ellas, pero que si llegase este caso no delatasen a nadie y en caso de delatar lo hiciesen de los muertos ya frailes, ya seculares, pero que de ellos a nadie, y esto nacía de que la madre Águeda cuando la trajeron al tribunal, escribió un papel a sus padres frailes, en que les decía que estuviesen firmes, que ella venia con el ánimo de no descubrirlos, pero le sucedió muy al contrario, pues en los escritos estaba convertida y confesa. "Predicar con el ejemplo, es el mejor argumento".


Fray José de los Ángeles, un "cataplasma", en el siglo José Asensio, natural de Oñate, fue preso en Alcala, Prior del convento de Logroño, Provincial, General de la Orden y Definidor General. Cogotones, macos y estacazos. " No hay razón como la del bastón".

"Jesús que peco", Fray Juan de la Natividad, en el siglo Juan de Villoslada, natural de Autol y de 75 años, Predicador y Prior de Calahorra, "Zascandil" de Lerma y Aranda, Procurador General en Madrid, este fue quien le metió en la cabeza las ideas Molinistas y el causante principal de todos los escándalos. Cuando la madre Águeda vino a fundar a Corella, el "robaperas" le acompañó en el viaje con otro prior cómplice. En el hospicio de Corella, antes que se cerrase la clausura,  vivió cuatro meses torpemente con ella. Este escribió la vida de la madre Águeda y dijo en ella cuantos elogios se dan a los santos. "Del cura lo que diga, del médico lo que haga y del boticario ni lo que diga ni lo que haga".

Fray Manuel de San Buenaventura, en el siglo Manuel Martínez, Lector y Escritor de la Orden, un "zurcefrenillos", en un principio delató a la Madre Águeda, pero después seducido por su hermosura y amabilidad, escribió una defensa de ella por la que fue condenado a "abjurar de levi" y por "refitolero" y "tarugo", tres años de reclusión, privación de celebrar, confesar y de comulgar y que en los tres años no pueda tratar de palabra o por escrito con frailes ni monjas.

"Odo Petaca", Fray Julian del Santisimo Sacramento, en el siglo Julián Esparza, natural de Andosilla, un "arguillao", prior y secretario de la provincia de Navarra, confesor de las monjas de Corella, el "ovejo modorro" cuando fue preso estaba de Prior en Burgos. Este fraile fue el que mando pintar en el coro del convento el retrato de la Madre Águeda, poniendo debajo este verso de doble sentido, "Planta Jesús con su mano,la flor en mi corazón, que dará fruto en sazón, porque esta el campo lozano". 

Fue acusado de todo lo que confesó la primera, tuvo siete hijos, fue de especial habilidad para comadrear, las más veces o todas que había alguna de parto, entraba con achaque de confesión, sacó una vez un niño debajo de la capa y lo puso en la puerta de un templo. 
"El Tiralevitas" estuvo negativo como los demás y le dieron tormento, y en lugar de llamar a Dios, llamaba a la madre Águeda por su nombre y le decía quejándose de ella porque no le asistía. Bien sabes amada, el trabajo en que me hallo, que estoy aquí por ti, pues como no me favoreces, como no me alivias de este trabajo, donde estas¡, que tienes que no vienes¡ como tardas tanto¡ como me dejas penar¡ y otras cosas semejantes. Este era el que instaba a las monjas a que tomasen las bebidas para abortar y algunas que no las quisieron tomar por haber reconocido daño, les aconsejaba que se estuviesen en la cama y fingiesen mal de piedra, suspensión de orina y mal de menstruo. "Con los curas y los gatos, poco trato".


"Puesná", A todos los frailes los sentenciaron a "abjurar de levi" y salir en el Auto de Sambenito de Media Aspa, excepto de Fray Manuel de San Buenaventura, un "morroestufa".  Las monjas fueron sentenciadas a salir con Sambenito y reclusión de dos años, su sitio era el ultimo, después de legas y novicias, sin permiso para confesarse con religioso de su orden, privación de voz y voto, sin comunicación con nadie excepto las monjas que indique la prelada y vestir el Sambenito de Media Aspa por espacio de tres años. El Sambenito era un túnica de lana amarilla con la cruz de San Andrés, llamas de fuego y algún que otro jeroglífico, dependiendo de la gravedad de los cargos había distintos tipos de Sambenitos. "Quien se arrima a sotana, siempre gana".

"Porcierto", Juan de Longas, "meapilas" y carmelita descalzo, "rutiño como naide", lego y muy conocido en Navarra por aquellas fechas, que propagó las milagrerías de la Madre Águeda, fue condenado a 200 azotes, galeras por 10 años y cárcel perpetua, "pocosemace". Las monjas fueron dispersas por varios conventos y se llamó a otras de Ocaña y de Toledo para reformar la Orden.

"Comonó", el proceso de Sor Águeda de Luna mas fue de ensañamiento que de rigurosa justicia, mas que pactos con el demonio, lo que hubo fue un relajamiento de la norma basado en las teorías del Molinismo, difundido y aprovechado por los confesores de las monjas, el Santo Oficio intentó controlar y poner freno al inmenso poder que tenían los confesores y los abusos que cometían. "Para lo que me queda en el convento, me cago dentro".