martes, 10 de diciembre de 2013

La Oliva

"Tevuacontar", anda que no han pasado años, desde que iba con mi abuelo Isidro, mis padres y hermanos a recoger “las olivas”, todo el mundo tenía y era una época del año inacabable, que ansias Dios mio, estábamos meses cogiendo la dichosa oliva, además los meses que mas frío hacia; recuerdo con cariño y con temor la palabra “ganchera”, ahora nadie tiene, ni saben que significa, ahora no hace ni frío; creo recordar que lo primero que hacia mi abuelo, era encender una "charada" en el centro del olivar para calentarnos.

Olivo Empeltre en el Cascajo
Mientras el “macho”, atado al “clavo” con soga larga,  comía hierba por los “ribazos”, cerca el río donde pudiera abrevar, "namás" amanecer tocaba estirar unas mantas hechas con un material parecido al yute, que pesaban mas que todas las olivas recogidas durante el día, gigantescas, se necesitaban varias para poder darle la vuelta al olivo; pero antes, teníamos que recoger las olivas del suelo,  las que por un motivo u otro se habían caído, habitualmente por no tratarlas, eso valía dinero.

El arma herramienta era una vara de madera, nogal habitualmente, pesada y con aguante, joder si tenia aguante, duraban años, siempre veía la misma vara en el campo, creo que cada uno tenia la suya; aguante la de los pobres olivos, que golpes, iban por todos los costados, la oliva no paraba de caer, los olivos inmensos de altura y de diámetro, no acabábamos de darle la vuelta, eso sí, no se dejaba ni una. 


Se tiraban las olivas de formas distintas, unos con las varas largas desde el suelo, otros con unos bancos de madera, las "ordeñaban" desde arriba para que cayeran a las mantas, y otros desde dentro del arbol con un palo corto, le arreaban a las cogotas que desde fuera no podian alcanzar.

En esa época decían que había bandadas de “tordos”, en la actualidad llamados “estorninos”, estaban todo el día jodiendo a los del campo, a mi abuelo, después a mi padre, prácticamente ahora solo se les ve haciendo piruetas circenses por el cielo, siempre he oído que cada tordo era capaz de robar 3 olivas, una en cada pata y otra en el pico, me lo creo.

Cuando se llenaba la manta, se vaciaban las olivas por  medio de unos capazos en los sacos de ese material parecido al yute,  había un saco especial estrecho y largo llamado "talega", se adaptaba perfecto al macho y al hombro del humilde labriego, compensaba su peso cayendo por los dos lados de igual modo, de ahí se sacaban de las fincas hasta el “remolque”, por ultimo a casa, allí los dejábamos curiosos en la “bajera” hasta el final de la cosecha.

Pero os acordareis que aún quedaba un proceso mas en el desarrollo de la recogida de la oliva – “echarlas al aire”, es decir el “aventado”, separar las hojas de las olivas, no se podían llevar sucias, para ello teníamos que pillar un día con aire, no cualquier aire, “bochorno” mal, “faboño” mal, “cierzo” ni muy fuerte ni muy flojo, en fin, un horror, que trabajos nos asigna el Señor.


Había tres formas de solventar la limpieza de la oliva, una era desde lo alto de la escalera de madera, osea el "banco", desde allí se lanzaban las olivas suavemente, las olivas caían dentro de la manta y las hojas se las llevaba el viento, los “ramilletes" que quedaban dentro los teníamos que retirar. Otra forma era para cuando no hacia aire, se usaba el banco tumbado y se ponía una manta haciendo una especie de receptáculo, las olivas eran lanzadas hacia allí fuertemente, así que por el camino se quedaban las hojas. Y la ultima forma era con la "Zaranda", ingeniosa maquina llena de rejillas, por la cual se deslizaban las olivas y por las rendijas se caían las hojas.

Una vez acabada la recogida de las olivas en el huerto, se daba un repaso para recoger todas las olivas que hubieran podido quedar en el suelo, no había que dejar nada, ni as cagarrutas de las ovejas, me "paicía mucho bien".

Pero siempre he oído decir a mi abuelo y ahora a mi padre, que venia gente de otros pueblos, a recoger la que ellos dejaban, manda pelotas, y no solo recogían las olivas que  nosotros dejábamos, si no que volvían meses después a vender el aceite de las olivas que se habían llevado; nunca he entendido que pudieran quedar olivas en el campo después del repaso que le hacíamos.
Recogida de la Oliva

Por cierto, el olivo de la imagen de arriba, es de los antiguos Empeltre, en la finca del "Cascajo", si, donde iba a coger las olivas con mi abuelo, ahora con mi padre y después no sé con quien, como veréis lo tengo recién podado.
Recogida de la Oliva

Estimados amigos, os doy las gracias por seguir mi blog, son bienvenidos vuestros comentarios alusivos al tema, y ya sabéis que estoy abierto a las criticas y correcciones que podáis hacer al respecto, ya sabéis que no tiro de bibliografía,  solo de mi memoria.

En próximos capítulos os hablaré del Trujal de mi pueblo, del antiguo.

Saludos cordiales,

Isidro Sesma