martes, 15 de noviembre de 2011

Las Mercedarias

Como "sus dije" en la historia de La Virgen de la Merced, la razón primera para fundar un Convento Mercedario, fue para expresar la gratitud del pueblo de Corella hacia la Virgen de la Merced, eso debido a la gran sequía que por aquellas fechas asolaba  nuestra querida ciudad, estoy hablando del año de 1647, época de Felipe IV El Rey Planeta y del hallazgo del esqueleto que posteriormente sería el de "La Muerte Calaña", somos un pueblo agradecido, así que nunca olvidaremos lo que hizo por sacarnos de ese entuerto, aparecer la Virgen y no parar de haber "nublaus" por toda la ribera.


Vista de la Huerta
Las primeras gestiones fueron para que vinieran las Madres Mercedarias, deseo compartido por el Capitulo de la orden y por las gentes de Corella, pero al final después de muchas negociaciones e intereses distintos vinieron los Padres Mercedarios, "no pasa ná", pero las "garrillas" las tenían mas feas que las Madres..

Estos Padres permanecieron en la ciudad ayudando y velando por nuestras almas hasta 1837, amén, eso ocurrió coincidiendo con la famosa y desastrosa Desamortización de Mendizabal, la ironía de la historia es que en ese momento el Ministro de Justicia en España era D. José Alonso y Ruiz de Conejares, nacido y vecino de Corella. Época de Isabel II, pero como era pequeñita estaba de regente su madre María Cristina de Borbón, esposa del "tonto el bote" de Fernando VII.  No sabemos "ande andarán" nuestros Mercedarios.

No hubo manera de impedir que al "El Prudencio", que en esa época montaba el "carrillo" junto a la fachada de los Padres Mercedarios, le hicieran un "andapallá" hostil y tuviera que salir "por patas" y montar el "tenderete" en otro lado. Desde entonces se "arrejunto" a la Iglesia del Rosario.

Noviciado e Iglesia de la Merced
La llegada de las Madres Mecedarias  a nuestra ciudad fue en el año 1937, eso hizo que volvieramos a ver otro estilo de "garrillas" y cierto esplendor al culto de nuestra querida Virgen de la Merced. La Iglesia permanecía abierta pero hacía muchos años que los Padres Mercedarios habían abandonado la ciudad, en relación al esplendor, me refiero especialmente a la Novena y a la Fiesta de la Virgen, y sobretodo y ahí queriía llegar yo, por la novedad de la apertura de un Colegio en nuestra ciudad, no solo Colegio sino también Noviciado. Para ello se ubicaron en una finca anexa a la Iglesia de la Merced, la cual compraron a D. Marcial Lopez, del apodo no me acuerdo.

Como Colegio y Noviciado empezó a funcionar el 17 de Julio de 1941, fue un Colegio mixto  pero  para no estar revueltos, aulas de chicas y aulas de chicos, la gente podía realizar el bachillerato con total normalidad, fijaos el significado de este hecho para un pueblo como Corella, la gente de los pueblos de alrededor tendrían otra opción para poder estudiar cerca de sus casas y dar mas vidilla al pueblo.

Las primeras monjas llegadas a Corella y que dieron inicio a la presencia de Las Monjas Mercedarias, fueron la Madre María de Cervelló Carrión, Madre María de la Paz Vilaclara, Madre María de la Cruz Simón y la Hermana Nuria Rabat, ellas fueron las que pusieron en marcha la Comunidad.


Casa Noviciado
El Noviciado duró hasta el año 1970 y las primeras novicias Mercedarias de Corella fueron Esperanza Catalán ( La Salchichona), Dolores Navarro (La Callada), Petra (Las Pocasperras) y La Pendera, estas una vez acabado el noviciado en el año 1945, se trasladaron a sus destinos. Desde ese año hasta 1970 muchas han sido las novicias de Corella que han pasado y que después han sido Madres Mercedarias, no puedo nombrar a todas ya que creo que han sido unas 6.743 monjas, ya en el año 1970 se trasladó el Noviciado a Valladolid.

En la puesta en marcha del Colegio ya estaba  "La Carmencita" en la porteria, las clases eran impartidas por Monjas y Profesores de Corella, y los primeros alumnos en asistir al inicio de su andadura fueron, Joaquín Poyales, Onofre Virto, Un Viscasillas, Ricardo Fernandez, Ortensia Sanz, Merche Catalán, Esperanza Catalán, Carmen Catalán, Pilar Orduna, Pilar Resa, Mª Teresa Catalán, etc., siento no poder nombrar a mas, pero no he podido obtener mas datos, no solo ellos sino además de gente de pueblos cercanos.

Todos ellos hicieron el bachillerato con nuestras Monjas Mercedarias, pero al final todos ellos para poder revalidar sus estudios tenían que ir a examinarse en Logroño. "No pasa ná".

Monjas rezando en la capilla del Colegio
También por el año 1942, se dio inicio a los Párvulos para los mas pequeños y al Internado del Colegio, este estaba ubicado al lado de la Iglesia de la Merced, en la calle Tajadas, Colegio de formación religiosa, al cual acudían tanto gentes de Corella como de los pueblos de alrededor, unas alumnas estaban internas en dicho Colegio y otras acudían como externas o bien como media pensión. El Noviciado ocupaba la parte posterior del Colegio y daba a las huertas de la comunidad, las cuales corresponderían ahora a nuestro Parque.

A lo largo de todos estos años han pasado gran cantidad de chicas por el Colegio, que han completado su formación en el bachillerato, chicas internas como externas, es imposible que pueda nombrar a todas. En esta época siempre exclusivamente femenino.

Yo me voy a referir a la ultima época de nuestras Madres Mercedarias, del año 1971 hasta el 1975, año este ultimo en el cual las Madres Mercedarias se fueron de Corella, durante estas fechas fue un Colegio mixto de bachillerato donde íbamos gente de Corella y pueblos de alrededor, además de un internado exclusivamente femenino. Fueron en concreto para nosotros, dos años inolvidables.

Capilla original
Estos recuerdos de Las  monjas Mercedarias me trasladan hasta mi adolescencia, años llenos de descubrimientos, de emociones, de amigos, de compañeros, de juegos, de cosas nuevas, el inicio de una nueva etapa en nuestras vidas.

Ni que deciros debo, que hasta la apertura de Las Mercedarias, las aulas eran monocromáticas, "quizir", del mismo sexo, chicos por un lado oliendo a chotina y chicas por el otro, solo nos veíamos en el patio o en la calle jugando. Mas que eso era "pecau". De ahí que haga hincapié en el hecho de Colegio Mixto, joder, que suerte íbamos a tener los de mi pueblo.

Antes  de llegar a las Mercedarias habíamos pasado por "La casa Cuna", parvulario dirigido por Las Hijas de la Caridad, la actual Guardería Municipal de Corella, allí dimos inicio todos con nuestra educación, después pasamos a estudiar a las "Las Escuelas del Parque", la actual Biblioteca Municipal de Corella, luego si ibas progresando pasabas a estudiar en "Los Maestros", ubicados en el actual Centro de Salud de Corella, también existía "La Academia San Miguel", centro que ocupaba  las actuales instalaciones de las Piscinas Municipales, no se muy bien como era la estructura pero creo que principalmente destinada a la ayuda extraescolar con clases particulares que daban los maestros del pueblo.

Los sacerdotes en la capilla
En "Los Maestros" nos juntábamos practicamente todos los escolares y borricos del pueblo, una autentica jauría humana, la enseñanza era obligatoria  pero se hacía mucha "juina", de bedela estaba nuestra recordada Nieves,  la mujer del Hilario, de Maestros estaban D. Juan que daba clases de 1º, D. Jose Luis de 2º. D. Emilio de 3º, D. Juan de 4º, D. Federico de 5º, D. Fermín que daba clases de 6º y D. Julián de  7º. Estas historia y sus vivencias serán para otro capitulo.

De Las Mercedarias recuerdo que la entrada era atravesando una verja de la calle, la cual nos llevaba a una escalera con bastantes peldaños, esta nos conducía hasta el piso superior donde se encontraba el hall,  "quizir", un pasillo ancho, nada mas atravesar la puerta formábamos fila y daba inicio el pasar lista. De ahí, todos y en perfecto orden nos trasladabamos cada uno a nuestras aulas, la nuestra estaba en el piso de arriba y estas daban a la Iglesia de la Merced y a la calle Tajadas, los cristales tintados a media altura impedían cualquier distracción, ¡que se lo creían!.


Monjas Mercedarias frente a la Iglesia de la Merced
Aula de forma rectangular, con la mesa del profesor nada mas entrar a la derecha, en alto encima de un cajón de madera, la pizarra grande y a las espaldas del profesor, los pupitres de los alumnos colocados en 4 filas enfrente de la pizarra, los pupitres eran de a 2 y recuerdo que yo estaba en la primera fila, primer pupitre, junto a la puerta,  no os equivoquéis con el significado de esto ultimo, ahora significaría que quien ocupa este lugar es el alumno modélico que ayuda al profesor en sus disertaciones y control de la clase,  pero en aquella época era todo lo contrario, alumno travieso, culo inquieto, que no paraba quieto y que a la mínima la liaba con la clase entera.Ese era yo.

Siempre había tiempo para organizarla antes de la entrada del profesor, lanzamiento de papeles a mala hostia para darle alguno en el ojo y empreñarlo un rato, tiro de papel pequeño y bien doblado y "apreatu" que se lanzaba con una goma elástica, hecho este, que si te daba no parabas de echar lágrimas ede emoción  toda la mañana, el canutillo de bolígrafo bic hueco para lanzar granos de arroz,  siempre iban al ojo, pistola creada con una pinza de tender, que con habilidad pasmosa lanzabas granos de maíz, "queseo" la de maquinas de precisión que existían entonces, todas hechas por nosotros y para dar en el ojo, ninguna comprada, no existía el dinero, los de mi época vimos una peseta en 1980.


Colegio Mercedarias
La llegada del profesor o monja aplacaba nuestro vigor mañanero y dulcemente nos sentábamos en el pupitre, ni que decir tengo, que a la mínima distracción por parte del docente, se veían volar multitud de objetos inciso contusos, las clases eran mixtas, pero los pupitres de a 2 eran para el mismo genero, "quizir" juntos pero no revueltos.

A media mañana tocaba la campana y salíamos de las aulas al recreo en fila, el patio de juego estaba en la parte de atrás del edificio, patio cercado por una tapia que nos aislaba del parque, todos los dias la saltabamos unas 30 veces, este patio tenía una especie de granja saliendo a la derecha y una preciosa huerta a la izquierda. Los juegos de aquel entonces eran "El Marro", "Los Pitones", "Chugo, Mediamanga, Mangaentera y Patatón", "La Cadeneta", "El Bote, Bote",  "Las Chapas", "El verdugo" etc, eso e intentar verles los pololos. Las chicas a lo que mas jugaban era a "La Goma" y "Las Tabas".

Siempre había una monja que nos vigilaba en el recreo, pero controlar que esa pandilla de animales no entrara en esos recintos, era una difícil tarea, a largo de estos dos años, la de barbaridades que hicimos tanto en el sector agropecuario a la izquierda como en el sector ganadero a la derecha. El azote de la huerta por parte de los estudiantes era un día si y otro también, eso no era nada cuando lo comparabamos con la suelta de lechones y su correspondiente encierrillo, "queizir" de "encorrer" a las gallinas, la suelta de conejos y la monta de cabras y ovejas. Y ahora dicen que los niños son traviesos.

Nuestras madres nos ponían bocadillos enormes, se llevaban y se "fardaba" de hijos "rollizos", pensaban que con ello tendríamos mas ganas de estudiar, creo que los bocadillos mas pequeños eran del tamaño de la barra de pan; a pesar de ello, las monjas nos dejaban libres unos minutos para salir por los alrededores y comprar alguna chuchería si nos quedábamos con hambre, hecho que ocurría siempre, recuerdo que no faltaba ningún día "El Pablillo" vendiendo sus famosos bollos, algunos se escapaban hasta "El Meli" que vendía unas tortas con azúcar quemada.


Las Mercedarias
Entrábamos a las 9 de la mañana y salíamos a la 1 del mediodía, aún nos quedábamos jugando por la calle y después corriendo a casa para comer. Volvíamos a las 3 de la tarde para asistir a las dos ultimas clases del día, después a casa  a dejar los libros y al parque a seguir jugando con los amigos. Las chicas que estaban internas, todos los días a las 5 de la tarde acudían a la capilla para una oración y un día a la semana tenían misa, generalmente los sábados. Nosotros los externos alguna misa hemos tenido que asistir, generalmente eran oficiadas por D. Jesús Elizalde que fue párroco de Corella o por algún Padre Pasionista, "quizir" del Villar.

Recuerdo con cariño a La Madre María, jefa de estudios y profesora de Matemáticas, excelente persona, con mucho carácter y creo apreciada por todo el mundo, jefa de la asignatura odiada por todos que mas o menos sacábamos con mano blanda, flexibilidad, comprensión y a duras penas.  
La Madre Milagros, profesora de Física y Química, buena como ella sola y que le costaba tener que suspender a sus alumnos.
La Señorita Petrita, de Corella y profesora de Latín y Griego, persona de gran cultura, mas buena que el pan, siempre acompañada por su perrito Chiqui, blanco de alguna que otra travesura.  
D. Luis Dominguez, Mesié Lui, profesor de Francés, de Corella, poco hablador, serio de expresión pero gran persona, algunas veces en su ausencia nos daba clase su hermano, que vaya genio que tenía.
Mª Luisa Arigita, manualidades y sus labores para las chicas del Colegio.
D. Félix Armendariz, de Corella y profesor de Historia y Geografía, buen educador y con carácter, profesor que hemos tenido desde bien pequeño, lo tuvimos en "Las Escuelas", en "Los Maestros" y aquí, daba tanto a pequeños como a mayores.
D. Raul Tejada, Matemáticas y de Castejón, Tere Catalán, gimnasia para las chicas, Madre Belén, en la huerta todo el día replantando lo que jodíamos. Madre Elvira Lamarca en la cocina, Madre Pilar, Madre Josefa y nuestra Carmencita (Carmen Vidaurreta), en la portería durante 45 años.

Mi clase de Mercedarias
En la foto y sin orden - Nati Salcedo, Pili Combalia, Pili Soria, Fabiola Lopez, Mercedes Monreal, Conchita Benasach, Teresa Catalan, Una vasca que no recuerdo el nombre, Mª Angeles Lozano, Rebeca Ichaso, Ana Casanova, Mª Villar Marcilla, Teresa Randez, Mª Villar Jimenez, Mª José Sanz, Juana Bienzobas, Elena Barea, Esther oroz, Marina Cuadra, Moncho Villanueva, Javier Corpas, Antonio Ruiz, Julio Jimenez, Andrés Sanz, Jesus Garcia, Ricardo garcia, Javier Perez, Jesús Monreal, Florencio Jimenez e Isidro Sesma.

Este era mi clase, faltan algunos, muchos de ellos estan iguales, otros ni "paicidos", estamos gente de Corella, de Castejón, de Cintruénigo, Tudela, Aguilar, Pamplona, algún pueblo me dejo seguro. Vaya cuadrilla, excelentes recuerdos

Queridos amigos, desde aquí mi pequeño homenaje hacia las Madres Mercedarias de Corella, siempre estaré agradecido por su cariño y por habernos transmitido educación y respeto, imagino que mis antiguos compañeros opinaran lo mismo.

Muchas gracias a todos por vuestro seguimiento y comentarios