jueves, 26 de noviembre de 2020

Sor Águeda de Luna, Capitulo I - La Pequeña Águeda

"Cagüendioro", alguna nos tenían que haber "liao", personajes históricos y con abolengo nos sobran, pero "mepaiceami" que algún "penco" la tomó con nosotros y quiso que uno de ellos pasará a la orilla contraria, "quizir", por repetir una mentira muchas veces, no la haces verdad, "amosaver", las malas lenguas dijeron que no nos salió "nada católica", pero la historia de nuestro pueblo no difiere mucho de otras ciudades que han sido grandes, "nopueser", tanto para lo bueno como para lo menos bueno, las historias muchas veces son ciertas y otras se llevan por donde el "cataplasma" que las cuenta quiere o pretende,"mentiendesloquetequieroizir".

"Amos" que "pantender" este asunto, hay que tener en cuenta algunos aspectos fundamentales, el personaje y las circustancias de su tiempo, posiblemente nuestra Águeda sufriera alguna alteración mental, "quizir", alguna ventolera "faboñera" metida por la retranca de la "faltriquera" que unida a la religiosidad mariana Arecelitana, le llevo a actuar de manera confusa y atropellada, "esosí" no hay que dejar de lado una alarma excesiva y un juicio severo de los "jandros" de la Inquisición, "queseó" siempre acorde a los aires que corrían en aquellos tiempos, "paqué", todo aquello hizo que los hechos traspasaran los muros de nuestra ciudad, "yatilidicho".

Quetevuacontar", corría el año del Señor de 1690, Corella era una ciudad tranquila, bastante bulliciosa en sus famosos días de mercado, alegre, dicharachera y sobretodo muy religiosa, los tiempos corrían tranquilos y las guerras acontecían lejos de España, cristianos viejos, soldados, algún que otro pícaro, hijosdalgos y caballeros, hacia unos meses que habían regresado de las guerras de Flandes, Italia y Portugal, muchos eran los que ganaban su hidalguía a punta de espada, sus proezas y hazañas los convirtieron en nobles. Como en ocasiones anteriores Corella aportaba sus doblones y sus mejores soldados para los "ababoles" de los Austrias, gracias a estas y otras cosillas, el padre de Felipe V nos había concedido el título de ciudad.

"Cojona", para esta ocasión su majestad el Rey había enviado a nuestra ciudad al Virrey de Navarra, D. Baltasar de Zúñiga y Gúzman, Marqués de Valero y Ayamont, un autentico "acabacasas", este era portador de una misiva real en el cual daba las gracias al pueblo de Corella por su gran generosidad, el "gandul" del marqués aprovechó la oportunidad para quedarse de "huespede" mas de lo previsto, la dadivosidad de D. Martín Escudero, nada "rutiño" por cierto, no volvió a repetirse, el noble aristócrata no paraba de asaltar la colmada fresquera y alacena que la ilustre familia poseía, además de innumerables "lamparillazos", que del "corportón" a escondidas y con nocturnidad expoliaba de la egregia bodega, todo "pajoer", la educación de nuestro anfitrión le impidió "escogotar" al "baldragas" del marqués.

"Jolín", hacía unos años que en extramuros, en el llamado "Fosal de los Moros" cerca del "Brazal de Ouarre", se había "rematao" la Ermita donde se veneraba a nuestra Virgen de Araceli, de manera "corri corri" ya que había prisa, fueron los encargados de sus mejoras y ampliaciones de las "paretillas", los "cagaprisas" de Maese Torerillo, Maese Fortuna y Maese Vigilia, ya nuestra Virgen llevaba en la pequeña Ermita desde el año 1676, cuando fue trasladada "redodillas" y en santa procesión desde la Ermita de Santa Ana, a su cuidado se encontraba un ermitaño, "Juan Malasangre", viejo soldado de muchas batallas, "pamí" que había decidido su regreso al pueblo natal para pagar en penitencia sus tropelías, con el pocas bromas, llegó a decirse que había "estozolao" a unos mozos que quisieron hacerle un "chandrio", "piolpaellos".

"Tevuacontar", en el centro de la ciudad una gran casa solariega dominaba sobre las demás, allí vivía la familia Luna, de linaje noble y rancio abolengo "venidamás", era oriunda de Corella, "quizir", de Corella de toda la vida. D. Antonio de Luna y Argaiz acudía con cierta frecuencia pero con pesadumbre a la corte de Madrid, Carlos II "El Hechizado", en Corella el "Feodecojones" lo requería constantemente, "Pantendernos", D. Antonio odiaba la vida de corte, ociosa, vulgar, llena de pleitos y de intrigas, pero el "cogotón" del Rey no conseguía aprender a jugar a los "pitones", ni su mujer Mariana de Neoburgo a la "taba", alcanzar la gracia y el estilo de los de Corella era harto difícil, a su padre Felipe IV poco le costo, pero al "botarate" este no había manera que aprendiera.

"Jesús que peco", grandes devotos de la Virgen de Araceli, D. Antonio de Luna y su hermano Miguel, siempre acompañados de sus amigos Francisco de Sopranis y Pedro Virto de Lezama, no faltaban ni un solo día para ofrendar y rezar a su querida Virgen de Araceli, por otro lado sus amigos Pedro de Sada, Juan de Aibar y Miguel de Muro tenían mas querencia por la Virgen del Carmen, "miusté" nada mal por cierto, estos últimos y aquellos tenían por costumbre pasear por los alrededores de la Ermita, como caballeros que eran, sus monedas de vellón y de cobre eran fundamentales para las pauperrimas arcas que el ermitaño administraba, esta vez los rezos tenían otro fin, pronto iba a llegar el primer vástago de D. Antonio de Luna. "Lo primero y principal es oír misa y almorzar, y su corre mucha prisa, almorzar y dejar la misa".

"Agarraisus", un gran "furgazo" estaba cayendo en la ciudad, la madrugada se vio alterada, no como de costumbre por el grito del lechón "degollao" ni la "pedobufa" del tío "Pepe el Güarro", unos alaridos salían de la blasonada casa del céntrico barrio, hasta el "confitusdeo" y su amigo el "gurrión" salieron "escopeteaos", el señor D. Antonio de Luna se hallaba en unas dependencias cercanas al cuarto de su querida esposa Dña. Antonia de Argaiz y Alfonso,  asistía mas que nervioso, "escagarruciao", al parto que en cualquier momento iba a acontecer, las comadronas con los "pozales" y "perolas" de agua caliente y el servicio de la casa con paños limpios estaban preparados para la ocasión, el parto venía al "aragüey", pero al grito de "vuadale", "arrea", unos "enviones"  certeros en la tripa, con la Maza Corellana culminaron con éxito la agonía de la parturienta. Todo había ido bien, la niña cayó en "colitatis" directamente a la "gamella", se  encontraba en perfecto estado, sus ojos claros y atentos delataban viveza e inteligencia, su rostro angelical era tan bello como el de su madre, la llamaron Águeda. La bautizaron con gran boato el 4 de Febrero de 1690 en la Iglesia del Rosario, "comoamí", el catering estuvo a cargo de "Fritos Rogelito" y fue amenizado por la Rondalla y Banda de Musica dirigidas con pericia y oficio por los maestros "Manolo El Centinela" y "Maestro Marcilla". "Al hombre venturero, la hija le nace primero"

"Aguarte", la joven Águeda cada día era mas hermosa, ya con 10 años su gracia y vitalidad llamaba la atención a todo el mundo, correteaba por las callejuelas del pueblo junto a otros críos y siempre acompañada de su hermana Josefa, hacer "juina", jugar al "bote-bote", "chapulquear" por los charcos y llenarse de "zascarrias" era su entretenimiento, aunque el mayor disfrute era "estozolar" un gran "carajon" en la cabeza de algún "chicholete" "perantón". No había día que saliera de la ciudad camino de extramuros para visitar a su querida Virgen de Araceli, una gran amistad le unía con "Juan Malasangre", el ermitaño que le tenía un gran aprecio, la protegía y mimaba en todo momento, muchas ocasiones fueron las que tuvo que arrear algún que otro "colotrón" algún crío faltonzuelo.

"Nosamolao", una parada era casi obligatoria antes de la visita a su querida Virgen, hacer acopio de algunos dulces y golosinas era fundamental, "La Fermina" por fin había conseguido la exclusividad en la venta de los "chochillos", todo un éxito; aprovechando que D. Agustín de Sesma y Sierra iniciaba las obras de la Casa de las Cadenas, la próspera "Fermina" dio instrucciones al recién llegado de Flandes y joven arquitecto D. Agustín de Fernandez y Prada, el cual había estado dando unas charlas alusivas a la edificación sobre "almendrón", para que acometiera sin mas dilación, la remodelación del local que esta había alquilado a D. Antonio de Gonzalez y Vigilia, sito en la calle Mayor, "cayó piedra", esta deseaba un local confortable, con aparcaborrricos, pared "pal" "marro", amplios pasillos bien ventilados y grandes lucernarias que dejaran pasar la bonita luz Corellana.

"Jomios", La criolería unas veces iban a "La Fermina" y otras veces al "Prudencio", este ultimo ante el avasallador impulso del negocio que había dado su eterna contrincante, no tuvo mas remedio que coger la exclusiva de los "petardos revientadedos" y las "gasiosillas rompeencias", "nosoloeso", sino que además ante la falta de local, compró un biciclo velocípedo propulsado a coces, este carromato de grafeno fue diseñado por el "Maestro Ciordia" y construido por "Maestro Cachena", disponía de compartimentos estancos, visera telescópica y un mecanismo hidráulico "parriba", "pabajo", movido a soplos, esto le permitía adaptarse a las distintas esquinas de la ciudad, además de poder sortear con gracia los "carajones", "cagarrias", boñigas, "cerrutos" y restos de "fiemo" depositados en las calles, la táctica a emplear para esos menesteres de la venta ambulante, era estar en un "memento" en primera linea allá donde se agolpaba el gentío.

"Paice" que estaba claro que nuestra amiga Águeda iba para monja, los "barruntos" de los últimos meses y la adoración por nuestra querida Virgen de Araceli le habían hecho tomar esa decisión, a su familia no le importaba, de hecho le encantaba esa opción, las familias nobles siempre habían tenido algún miembro en la Iglesia. "Odo", Lerma era el destino asignado para tomar el habito, la congregación de las Carmelitas Descalzas iban a ser las albaceas de la joven Águeda. Por aquel entonces, muerto sin descendencia el "roñoso" de Carlos II "El Hechizado", el ultimo rey "braguetafloja" de la casa de Austria, llega a España un Borbón, nuestro querido Felipe V "El Animoso", la familia de D. Antonio de Luna así como otras familias nobles e ilustres de Corella, apoyan su llegada como rey.

"Puesná", el ducado de Lerma, pequeña ciudad de la provincia de Burgos, dista unas 45 leguas de Corella, "pocosemeace", para la ocasión D. Antonio de Luna hizo preparar la "galera", esta era de grandes dimensiones, los asientos estaban forrados con piel de lechón, la techumbre hecha con un resistente toldo de "vindimiar" y perfectamente podían viajar 6 personas "ajuntaos", dos eran los animales encargados del tiro, un mulococero  y un rucio cojitranco, a las riendas nuestro amigo "Juan Malasangre", el viaje transcurrió tranquilo entre variopintas historias, algún que otro pedo y rezos, seis días de duro camino fueron necesarios para recorrer esa distancia, acompañada de su padre junto con unos amigos como escolta, viajaba también Bernarda Morales de Rada, joven de Corella y familia esta de Águeda de Luna, la cual acompañaría para juntas tomar los hábitos de la Orden Carmelita Descalza.

"Jomíos", Era el 3 de Noviembre de 1706, la pequeña ciudad de Lerma atesoraba varios conventos, casas nobles con magníficos escudos de armas y algún que otro "moscatelón", el convento de las Carmelitas Descalzas, construido por el Duque de Lerma estaba situado junto a la muralla, era el preferido por las clases nobles. Allí se encontraban las madres Carmelitas que eran las encargadas de formar a las novicias en su función espiritual, "esosí" siempre bajo la tutela  y dirección espiritual de los Padres Carmelitas, que se encontraban en un convento cercano dentro de la ciudad de Lerma. "Asabelo", Doña Bernarda Morales de Rada paso a llamarse Sor Rosa de la Concepción y Doña Agueda de Luna y Argaiz pasa a llamarse Sor Agueda Josefa de la Encarnación. "Mal por mal, mas vale una monja que un seglar"

"Comonó", por Corella y en esas fechas, el maestro tallista Juan de Arregui hace con la "estralilla" y a "pulso" la peana para la Virgen de Araceli y Diego Zabaleta la dora "quenitecuento". "Casiná", una magnífica labra heráldica es colocada en la esquina de la Casa de las Cadenas, este escudo que refleja las armas de los Sesma, Escudero, Sierra y Ruiz de Murillo, es  de acuerdo con la ejecutoria de hidalguía obtenida de los tribunales reales en 1704. "Loquetienequenó", Navarra y nuestra ciudad, es paso obligado para los ejércitos franceses que ayudaban a Felipe V en la Guerra de Sucesión, "quizir", cuando Felipe V subió al trono la gran mayoría aceptó al nuevo rey, pero el emperador "farruco" austriaco, Leopoldo el "mostrenco" no lo admitió nunca, provocando una revuelta a favor de su heredero Carlos de Habsburgo el "mendrugo", al final el perdedor del trono español.  

"Aloquiba", D. Agustín de Sesma y Sierra luchó como Capitán en la Guerra de Sucesión, que menos después de hacer la mili en el "Monte de los Cristianos" y las prácticas de tiro en "El Monte el Cuco", fue el día 8 de Diciembre de 1710 en la batalla de Brihuega, además tuvo que rascarse como venía siendo costumbre 50 doblones "umás", después apoyó al regimiento del Conde de Melun con 100 fusiles y sus correspondientes municiones.
"Reite, Reite", el dinero público invertido por exigencia de la guerra, enriquece a los hombres de negocios de Corella y de rebote salpica por tanto a otros comerciantes del pueblo, como "Las Azconas", "La Navarrilla", "El Barriga", "El Isasi" y "El Tío el Lebero", además de promocionar a numerosas familias Corellanas en las carreras administrativas y militares.

La historia continuará

Saludos Cordiales

jueves, 16 de julio de 2020

Sor Águeda de Luna, Capitulo II - Lerma, la ciudad elegida

"Patena divina", así era cómo se lo pasaban las monjas por el convento, "niacía"  falta salir de sus muros, de vez en cuando alguna charla místico profunda con algún fraile "sabelotodo", carmelita "rompechanclas" y por ende descalzo, huesudos juanetes y rollizos sabañones acompañaban desde temprana edad al religioso, como de costumbre con el hábito lleno de "lamparones" y con los bajos llenos de "zascarrias", "nialmental" la de "forruña" que transportada en los pliegues, la "roña" era obligatoria como preservación de la especie homínida. "Amor de monja y pedo de fraile, todo es aire".

En otras ocasiones y a ciertas horas, tocaba asomar el "almendruco" a través de las estrechas rejas de las celdas que daban a las calles cercanas y estirar las orejas para escuchar los últimos rebuznos y chismes de algún "lamecharcos" del ilustre pueblo; pocas eran pero algunas había, escapadas "escolgandose" por la "paretilla" para ver de cerca aquel "gaznápiro", "gañan" y "cierrabares" que mostraba cierto interés por la religión y las saludables religiosas, y por supuesto entre oración y oración, "nosamolao", siempre quedaba tiempo para atender y disfrutar de la cuidada huerta.

Las de Corella, Sor Agueda y Sor Rosa, las cuales llevaban en su sangre la sabiduría de las verduras, habían estado y perdido bastante tiempo, casi siempre a "cogotazos" todo hay que decir, en enseñar a los "cenutrios" de la comarca del Arlanza, unos auténticos "lechuguinos" y "zascandiles", el arte de la "hortofrutiortanchibiripatatotormofiemoribazocultura", "quizir", como "dientres" tener una huerta en condiciones. "Legumbre, hortaliza y verduras, frenan las apreturas".


"Porcierto", "naquever" con las "rencles" bien hechas de las huertas de Corella, ni los "coleteros" llenos de "simientes", ni el agua "paicida" a la de nuestro querido Río Cañete, "vasacomparar" el número de "samarucos" y la calidad de la "balrrana" de nuestras acequias, ni la del "fiemo" que elaboran nuestros "ganaos".
"Mas querría mis tierras cagadas de culo de oveja en redil y aprisco, que bendecidas por mano de obispo".

"Jomios", la huerta para las monjas tenía una doble función, era el espacio donde evadirse de la nostalgia,  atenuar las ansias, mitigar las rabias, frenar las angustias y claro está, dejar caer subrepticiamente, alguna pedobufa con sordina mantenida en si bemol, "esosi", sin "escagarruciarse", siempre mientras se "acachaban" a "escachuflar" la gusarapa cebollera; también gracias a su huerta, las mesas del refectorio lucían excelentes hortalizas, los "retorcijones" de tripas en la comunidad prácticamente habían desaparecido, las "cagurrias" eran menos frecuentes y que cutis "virgendelamorhermoso", así que de no haber sido precavidas en el acopio de semillas, el condumio del convento hubiera acabado con sus "estentinos". "Con huerta y verdura, alejas la sepultura".

"Comonó" iban a llevarse unas "simientes" de lo mejor de Corella, de nuestros afamados Pimientos del Cristal, de los inigualables Cardos Rojos, de las ventoleras Pochas de Corella, de los finos y repetidores Ajos, de las Cebolletas de la Virgen del Villar, "quiadazer" si no llevar unas cuantas "uñas" de Espárragos de Corella envueltas cuidadosamente en un "tormo", tesoro que generosamente les dio el "Tío Bizcochero", todo ello lo portaron en un gran "talego" escondido en la "faltriquera", y "namás" llegar a Lerma "escagarruciaron" unos cuantos huesecillos de Cereza que le quitaron del huerto al "Tio Zurri", estos últimos sirvieron para llenar el huerto de lindos y floridos cerezos, "paquemás". "Un poco de algo y mucho de tomate y no habrá quien te mate".

"Puesná", los años transcurrían con tranquilidad dentro y fuera del convento, Sor Águeda siempre acompañada por su cuñada Bernarda, "quizir", Sor Rosa de la Concepción; "amosaver", "paquentendais", Bernarda era hija de D. José Morales y Asiain y Dña. Bernarda de Rada, esta ultima de ilustre familia de Murillo el Fruto, señores del Palacio de Rada.

Su hermano, el de Bernardaaaaa! D. Juan Manuel Morales de Rada, casó con Dña. Francisca de Luna y Argaiz, hermana de Sor Ägueda de Luna, ¡"mentendeisloquequieroizir"!. Ambas devoraban la vida de Santa Teresa de Jesús y  casi se sabían de "carrerilla" Camino de Perfección, otras veces les apetecía instruirse con "Crispin, TBO, Dominguin y Pulagarcito", "nopasanaaaaaaaaaaaaaaaá", y de vez en cuando le daban a la poesía mas que profunda de San Juan de la Cruz, como les gustaba Noche Oscura, "arabien", respeto total a Maitines, Laudes y Vísperas, a los cuales entraban cantando la jota "Tiene los ojos azulessssssss...de tanto mirar al cieloooooooooooo"pero no había día que después de la Prima, Tercia, Nona y Sexta no jugaran con el resto de la congregación en el claustro al "Marro" o al "Chugo, Mediamanga, Mangaentera y Patatón". "Gente de sotana, logra lo que le da la gana".

Miguel de Molinos
"Tevuacontar", años antes, allá por el 1675, un baturro cabezón de Muniesa, "quizir", de Teruel - Aragón, entre "botarate", "penco", "jandro" y "ababol", ¡"amos"!  un "caracartón", publica en Roma una Guía Espiritual, este se llamaba Miguel de Molinos, sacerdote, escritor místico, cansautor, "aldraguero", teólogo y excelente jotero, creador del "Quietismo", "palos" de Corella, los "Piesquietos". La fama de sus razonamientos y pensamientos, anda que no era "cansalmas", se extienden y surgen multitud de seguidores a esta nueva forma de ver y practicar la religión, un tanto peculiar todo hay que decir. Pronto llegan a España noticias de los escritos espirituales de su hijo jotero, "quiadazer" "sinoenteranos". "Roma, Roma, la que a los locos doma y a los cuerdos no perdona".

"Paiceser" que Sor Águeda, lectora ávida de los clásicos, queda fascinada por las teorías Molinistas y sus nuevas reflexiones, que duda cabe que las jotas eran mejor cantadas las de Corella, "esosi" este "jandro" "apagacandiles", escritor y teólogo las bailaba y ceñía el cachirulo mejor que "naide". "Atense los machos", sabía también que el clero y la inquisición habían perseguido a Miguel de Molinos y le habían "dau" "delolindo" a el y a sus seguidores. Sor Águeda era también conocedora que por nuestras tierras riberas había un discípulo del tal Molinos, este era D. Juan de Causadas, canónigo racionero y "cenutrio" de la colegial de Tudela, un "lloramigas" que hizo proselitismo, "quizir", ganar adeptos a la causa, este último convencido de la bondad de su doctrina, la difundió cuanto pudo como un "estripacuentos" en conventos, tabernas, clubes de alterne, clérigos, centros comerciales, personajes influyentes del clero y polígonos industriales. "Con los curas a oscuras no te quedes, que aunque llevan faldas no son mujeres".

"Quia", "vasaver", este tenía un sobrino, Fray Juan de Longas, carmelita descalzo, un "bebecharcos", lego y famoso por estas tierras como el "bocabuzón", conocido entre sus acólitos, "quizir", seguidores, como "El hermano Juan", un "cabezalberca", este fue el verdadero propagador de las doctrinas molinistas, no solo en nuestra tierra sino en tierras de Burgos y Soria a las cuales acudía regularmente en "La Veloz Sangüesina", "Frailes y monjas, del dinero esponjas". Este "atolondrao" dogmatizó con triste fortuna tanto a frailes de su orden como a nuestras monjas de Lerma. Las teorías de esta ilustración y de los iluminados españoles irrumpe con fuerza en Sor Águeda, "paiceser" que no acaba de entender bien la teoría y convierte como el resto de seguidores algo espiritual en algo mundano. "Para que quiere el cura perro de caza, si el conejo que pilla lo tiene en casa".

"Quetevuacontar", la nueva Iglesia de Araceli estaba concluida desde 1708, Corella rebosaba tranquilidad como siempre, los humildes labriegos acabadas sus duras labores, disfrutaban de sus ratos de tertulia en los mentideros de las numerosas tabernas de la ciudad, los de familia noble venida a mas, miraban con altanería el pasar de la gente desde las balconadas del Nuevo Casino Corellano y los de familia bien venida a menos intentaban a duras penas ubicarse en los distintos corros de la ciudad. "Ponte a dar y te vendrán a buscar, ponte a pedir y verás a la gente huir".

"Aloquiba", Todos ellos sin excepción habían tomado partido por el Borbón Felipe V "El Animoso". Corría el año de 1710,  "La Fermina" comenzaba una nueva remodelación de su Fashion Mall y las Cohortes Corellanas habían regresado victoriosas de las batallas de Brihuega y Villaviciosa de Tajuña, la guerra de Sucesión estaba en auge y Felipe V tenía su corte en Valladolid, gracias a nuestros apuestos paisanos Felpe V había tomado un respiro en la Guerra de Sucesión y pudo entrar victorioso en Madrid a descansar unos días.

"Aguarte", por esos días, la familia real, Maria Luisa de Saboya y su hijo Luis estaban en Vitoria, habían acordado reunirse con el Rey en Zaragoza a mitad de camino, pero la reina María Luisa no andaba bien de salud, los médicos le aconsejan, "comonó", acudir y descansar una larga temporada en nuestra ciudad, el "faboño", los "gurriones", las verduras de "La China", "La Pila" y "La Mureña", el "confitusdeo", las tascas y el buen ambiente reinante en la Calle Mayor harían el resto, así que dan inicio a los preparativos del viaje. El Virrey de Navarra, el italiano "caraflema" D. Fernando de Moncada y Gaetano, Duque de San Juan, un "comestacas", envía a Corella un emisario para que dispongan y provean de todo lo necesario para albergar y atender a la familia real, corte, guardia real, "sacamantecas", "acabacasas" y "correveidiles". "Tepaicerá", "niasustanos", casas grandes y bonitas teníamos, cuadras gigantescas, lechoneras, galeras, carruajes, calesas y mulos coceros de sobra, la entrada por el Portal de San José espectacular, solo teníamos que limpiar de "yerba ribacera" y "carajones" algún que otro camino. "Con lo que Dios manda y el Rey ofrece, no hay mas que joderse".

"Jomios", la comitiva hace su entrada entre vítores y aclamaciones al son de los clarines, todo el pueblo acude al recibimiento, Don Feberico dio permiso ese día de hacer "juina" a toda la criolería. El cortejo es escoltado por los insignes y bravos Maceros de Corella, son recibidos por Regidores, Alcaldes, Justicia, Escribano y "Gorgorito"; allí está "Juan Cruz El Cachena con su Palio", se encuentra en el Portal de San José y en su mano una buena "ligarza" ahuyentadora de gentes; tronaron los arcabuces, mosquetes, tercerolas y algún pedo que otro, eran las 4 de la tarde de un 14 de Junio de 1711, sol radiante plomizo, cigüeñas amenazantes llenas de "cagurrias", bochorno ribero pegajoso, que emoción, de "corri corri", el "cagaprisas"  de Felipe V entra al "trotecuto" acompañado de la reina y su hijo el "chicholete" Luis, Principe de Asturias, vienen "eslomaos" y con poca "bigornia", el Rey sudando la badana con el "piazo" peluquín-bisoñe que llevaba, un autentico "collerón", la reina muy débil y con la cara llena de "corronchos", iba trasladada confortablemente en una carroza llena de cojines de plumín de chotacabras y almohadas de plumón de focha común, todo ello de la afamada boutique "Chez Moi", el rey tenía 27 años y ella 23. "Por mas que te halaguen los de enfrente, nunca olvides a tu gente".

"Mepaiceami" que la ciudad cumplió con mas que honores el recibimiento dado, aunque sus majestades los "esbaratabailes" no lo quisieron admitir, y como venían cansados dejaron el besamanos para el día siguiente, "piolpaellos".  Lo que acompaña a la corte la componen multitud de "huelegateras", "tuercebotas", zampabollos, "arrastracueros", "muerdesartenes", "abrazafarolas", "esgarramantas" "escornacabras" y "tragaldabas" , gracias a los cuales y a sus caballerizas hubo escudos y reales para las tabernas, posadas y abacerías, y "carajones" para todas las huertas de Corella. "Reyes y gatos son bastante ingratos".

"Cojona", todavía le tiemblan las piernas al "Prudencio", que ventas, que "hauche" hizo el "gañan", todo el éxito debido al nuevo carromato de grafeno, "tintimozos" telescópicos, "dentellón" de anclaje ergonómico, "estornija" de titanio reforzado y sensor "anticagurrias cigüeñera", una verdadera aúriga; ¡como supo "eslegir" el sitio!, la curva de la "costera" donde "El Mariico", allí ancló su aeronave ricamente ornamentada con adornos florales, sabía que era la zona del derrape y era allí donde amainaba la velocidad de la comitiva ante el peligro de "esbararse". No hubo Guardia de Corps que no se llevara un fajo de sus famosos "esplotos", ni doncella que no se deleitara con sus regalices "manoseaos". Llamaba la atención "alau" del veloz carro Maese Bufa, un "pataliebre", espigado, contrahecho, "pelma" y feo de cojones, virtuoso organista del Rosario y amigo intimo del "Prudencio", magistralmente interpretaba al clavicordio partituras sacras compuestas por la Orquesta Araciel mientras devoraba vorazmente un "currusco" del pan del "Masitas". Perooooooooooooooooo, esta aventura de la estancia en nuestra ciudad de  los reyes será desvelada y narrada en próximos capítulos.

"Amosaver", Sor Águeda no pudo asistir, por eso se llamaban de clausura, "quietasahí", continuaba afanosa leyendo la Guía Espiritual de Molinos y atendiendo las visitas del "bocachancla" de Fray Juan de Longas, todo ello se ocultaba, ya que los seguidores del jotero cansautor eran perseguidos por el Santo Oficio, eso eran palabras mayores, a nada que hacías o decías te sacudían con la "Garrota Revientajuanetes", te sacaban las "mensillas" o te socarraban las criadillas. Bien pronto Sor Águeda de Luna ganó fama de virtud extraordinaria y casi de santidad, de tener el don de hacer milagros y de llegar al éxtasis, "casiná", toda esta fama la divulgaron y testificaron el "ababol" de Fray Juan de Longas, el "lerdo" del prior de Lerma, el "chindol" del padre provincial y otros "sinaforros" de frailes de la congregación. Creció la fama por el don milagroso que le fue concedido, expeler por la orina, no sin grandes dolores, "quiadazer sinodoler", ciertas piedrecillas de color sangre, aromáticas y con una cruz impresa en un lado y una estrella en el otro, estas piedrecillas obraban curaciones prodigiosas. "Con los curas y los frailes, buenos días y buenas tardes".

"Odo Petaca", Las hazañas de Sor Agueda traspasaban las "paretillas" del convento, llegaban de pueblos cercanos campesinos, hijosdalgos, nobles y de cualquier condición, "esosí", limpios como la patena, solicitando curaciones y cualquier tipo de milagros, su fama se fue extendiendo y también llego a Corella, "quiadazer" "sinoenteranos". Su padre D. Antonio de Luna presentaba recaídas en su salud, mas mental que física, "paice" mentira que siendo de Corella tuviera esas ventoleras. No sabría deciros si estos dichos y habilidades de su hija le daban paz o bien le provocaban "retorcijones" de tripas, cólicos misereres o lo "atolondraban" aun mas. "La locura no tiene cura y si la tiene poco le dura".

Dña Antonia de Argaiz y Alfonso sufría por su marido y por la boda que andaba preparando de su otra hija. Dña Josefa casó en la Iglesia del Rosario en 1714 con D. Blas de Loya y Gaztelu, Mariscal de campo, Caballero de Santiago, Comendador de Segura y Ayudante General de los Reales Guardias de Corps "casiná". Un año después nacería su hija Josefa de Loya que a la edad de 9 años, "mepaiceami" un poco pronto, profesaría la religión entrando en el convento de Corella siendo la abadesa su tía Sor Agueda de Luna.

Las ideas Molinistas se habían extendido pero el Santo Oficio andaba tras ellos, el Obispo de Oviedo, seguidor de Causadas y Molinos, D. José Fernandez del Toro, un "cansalmas", había sido llamado a Roma por Clemente XI para pedirle explicaciones sobre como entendía la religión, "queseso" de no seguir las directrices de la Santa Iglesia, ni dándole con la "badileta" ni con el "pozal" lleno de "torteruela" modificó su actitud,  "si por agre", Así que en 1716 fue encarcelado durante un tiempo en el Castillo de Santangelo, lo dejaron regresar a España "aver" si cambiaba algo, pero en breve volvió a las andadas, no tuvieron mas remedio que encender una buena "lumbre" y tostarlo al ast. Isabel de Farnesio fervorosa católica sugirió que la inquisición actuase con rigor, la "charada" tuvo lugar en el centro de Logroño. "El que se alegre del mal de su vecino, el suyo le viene de camino".

"Quetevuacontar", ese mismo año Sor Agueda de Luna toma como confesor al "pecholatas" de  Fray Juan de la Vega, natural de Liérganes- Santander, provincial de los carmelitas, le llamaban El Estático, "pamí" un "cataplasma", un "cuerpoescombro", sus compañeros los frailes propagaban que desde San Juan de la Cruz no había otro religioso mas penitente y mejor "peinao" que el, menudo tipejo, había pervertido a otras religiosas y ahora tenía el poder sobre Sor Agueda, estaba difundiendo por España la forma de santidad y milagros de su amiga, cuya vida escribió presentándola como modelo de verdadera santidad. "Caballo que a treinta pasos ve una yegua y no relincha, es que está malo o le aprieta la cincha". 

"Aguarte", los años transcurren en el convento no sin sobresaltos, Sor Agueda muy a su pesar y mal influenciada por su confesor continua atendiendo con su milagrería a todo aquel que lo precise, es bien considerada y no hay quien discuta sus poderes. "Alcanzaras buena reputación esforzándote en ser lo que quieras parecer".
La necesidad de encomendar el cuidado de la Virgen de Araceli a la Orden Religiosa de Santa Teresa venía pensándose desde 1708, Juan Malasangre el Ermitaño debería a no ser muy tarde buscar nuevo acomodo, que mejor que nuestra Sor Agueda de Luna para dirigir la Orden en Corella. Su padre D. Antonio de Luna fue incapacitado el 9 de Agosto de 1920, la cabeza la tenía hecha un "chandrío", como si le hubieran "dau" de "colotrones" con una "estralilla", y no me "marro" nada, todo esto lo certificaron los médicos del pueblo D. Juan Gregorio de Ausejo y D. Tomás Lopez del Castillo. "Desde hace muchos días se halla enfermo y turbado de la cabeza, padece la enfermedad de la melancolia morbo y que por dicha enfermedad no puede hacer tratos ni contratos de ninguna manera". "Aménjesúsquedioslotengaensugloria".

"Solo hay una cosa en el mundo peor que estar en boca de los demás, y es no estar en boca de nadie" 
La historia continuará

martes, 26 de mayo de 2020

Sor Águeda de Luna, Capitulo III - Regreso a Corella

"Aguarte", posiblemente no hubiera tenido tanta repercusión este acontecimiento en la vida social de Corella, ni hubiera quedado grabado en el frontispicio de la memoria de sus habitantes este inoportuno incidente, todo ello por la vieja y "roñosa" maza de 142 kilos que tan modorra e indiscreta permanecía apoyada en el borde de la "paretilla", no hubiera ocurrido nada, si nuestro amigo "El del Loden" se hubiera apercibido de la cercanía de ese útil pero pesado elemento, horas llevaba "Juan Malasangre El Ermitaño" avisándole de tal posibilidad, tampoco hubiese tenido tanta repercusión, si al caer dicho objeto contundente, no hubiera tenido como objetivo diana la zanca o "tabajuanetera", que con inusual gracia asomaba por el "bujero" de la alpargata del desdichado "Juan Malasangre".

"Tevuacontar", la "estroza" aconteció, la genética de nuestro amigo, entre protozoo y espirilo y la habilidad para hacer varias cosas a la vez se hizo evidente, no solo hizo caer la liviana maza en la pezuña del desdichado Juan, sino que mientras le pisaba su manaza zarpa con el terrorífico Sebago, su capa Loden mediante un rápido Battements Degagés le restregaba, mas bien arrancaba ambas corneas, y finalmente, para acabar la faena, su enorme Cimitarra hacia diana en los cuartos traseros a la altura del delicado y pronunciado pernil. En un "memento", los tuétanos de la osamenta hicieron "esploto" y los cuadriles o ancas quedaron echos jirones, un autentico "chandrio", los dulces "jolines" y tiernos alaridos hicieron salir en desbandada a los "piones" que en ese momento reparaban las mochetas de la puerta de entrada en la ermita de Araceli.

"Jomios", años llevábamos avisándole que los ilustres y afamados "Sebagos", elaborados con un viejo odre por "Maese Peña", estaban deformes, no solo por el paso del tiempo sino por su anatomía tan peculiar de bacteria procariota familia de los tropezónidos, "quizir" contrahecho, y además por su peculiar uso en las batallas en las que había participado, tantos pisotones que había dado a sus enemigos, su pédico protector era incontrolable y había llegado a su fin, los andares, las coces y los accidentes que originaba estaban acabando con la plácida convivencia en la ciudad. "El Tío Quintin el Alabardero", "Mambrú Mascapanes" y Guzman el del Chuzo" fueron los encargados de hacerle entender, no sin resistencia, de la conveniencia de abandonar un tiempo la pacifica y tranquila ciudad.

"Mepaiceami", y digo que no hubiera tenido tanta repercusión, ya que no hubo manera de conseguir ni maestro de obras ni alarife que continuara con el adosado a la Ermita de Araceli, obra diseñada por el insigne arquitecto de la ciudad Licenciado D. Agustín de Fernandez y de Prada y de Virto, ayudado este por el tracista de la Orden Carmelita y que con gran pericia y destreza comenzaron Maese Vigilia, Maese Torerillo y Maese Fortuna, y cuyo fin no era otro que albergar a las monjas que pronto harían su entrada en Corella. Juan Malasangre el Ermitaño era conocedor que el pueblo de Corella no quería que la Virgen estuviese a cargo de un ermitaño, eso y los vinagres perpetuos que nuestro amigo "El del Loden" le dejó, hacia imposible a cualquier persona acercarse al Fosal de los Moros, cerca del Brazal de Ouarre , "quizir", extramuros. "El tiempo todo lo cura menos la vejez y la locura".

"Amosaver", era el año de 1719 y nuestro querido Felipe V regresa a Corella, "nopuemas", tanto tiempo sin ver a gente sana y graciosa era insufrible, que se le pedan a un Rey no es tarea fácil, coger el tonillo y la cadencia adecuada era tarea para un único artista, así ocurrió en su anterior viaje y "paiceser" que su regia figura esbozó una ligera sonrisa ante la tremenda pedobufa que nuestro vecino "Pepe el Guarro" le asestó. Esta vez regresa con Isabel de Farnesio, cuatro años llevaban casados, reina de gran belleza, buen tipo y gran carácter, "quizir", una "tuercemorros", así que esta vez se evito la presencia de nuestro vecino para el saludo habitual. Les acompañaba el famoso "castrati" italiano, Farinelli, el mas famoso del siglo XVIII, ya que todas las noches le tenía que cantar a nuestro rey unas cuantas arias, "paiceser" que lo sentaban en la mesilla de noche y arrancaba con los trinos, de ese modo la reina intentaba curar la depresión melancólica que tanto daño le estaba haciendo, así estuvo el soprano durante 20 años de somnífero real. Cierto es que su majestad fue avisado por los regidores que en Corella estaban el "Barillas" y  el "Librada" los cuales hubieran deleitado de igual o mejor modo a su majestad. "A la luz de la candela, toda música parece bella".



D. Agustín de Sesma y Sierra de nuevo prepara su casa para hospedar a tan insignes visitantes, toneladas de alimentos en las alacenas, cientos de odres de vino, vajilla nueva, adecentar las cuadras, pasar por peluquería,  sacudir alfombras y cortinajes, remesa de cirios, limpieza de casacas, chupas, calzones, cotillas y corpiños, en fin, un "novivir", otras casas de ilustres vecinos tienen que hospedar a la comitiva de sacamantecas, peinaovejas y acabacasas que acompañaban a los reyes, Francisco de Sopranis, Pedro Virto de Lezama, Pedro Sada, Juan de Aibar y Miguel de Muro ponen sus haciendas a disposición de la nobleza. "Con lo que Dios manda y el Rey ofrece, no hay mas que joderse".
Los reyes en comitiva y acompañados por "El Corellano Jotabrava", visitan la basílica de Nuestra Señora de Araceli y admiran las magnificas decoraciones que Matías Gonzalez estaba realizando, un chiquillo de 8 años le ayuda con las paletas y a fastidiarle el dia, es su hermanastro Antonio Gonzalez Ruiz que años mas tarde se trasladaría a Madrid, Francia e Italia para formarse como pintor, llegando a ser pintor de cámara de Felpe V, Fernando VI y Carlos III, pero esa será otra historia.

"Paiceser" que a Lerma llegan las noticias que Michelangelo Conti ha sido nombrado Papa, era el 8 de Mayo de 1721, pocos meses antes se firmó el Tratado de Utrech, el cual como Inocencio XIII y de buena gana lo ratificó, era un verdadero descanso ya que a nuestro querido Felipe V , unos pocos años antes la dichosa Quadruple Alianza le habían sacudido la badana y bajado los humos en la batalla de Cabo Passaro, "esosí" porque nuestras Cohortes Corellanas y sus terroríficas mazas no fueron avisados a tiempo, "sempeñó"  en tomárselo a broma y ahí no hiló fino, "nopasaná".

Nos la tenía jurada el Pontífice, además de no gustarle otras ordenes que no fueran las Dominicas, era enemigo de todo lo que venía de España, la jota, el ajoarriero, la tomatada, el chumarro, etc, "quizir" un velorcio, poca gracia le hacía también la reina Isabel de Farnesio y menos el Cardenal Giulio Alberoni, principal consejero de nuestro Felipe V y amigo intimo de la reina, cuando Alberoni cayo en desgracia se escondió en Corella durante unos meses en la "Cueva de la Mintirina", "Maese Perantón" y el "Hominido Cagarruciense" fueron los encargados de hacer mas que agradable su estancia, que ancho estuvo y cuanto gozópero tuvo que abandonar España gracias a la verborrea de un "chicholete" local, no le quedo otro remedio que volver a su Italia natal, allí y para mas inri, después de elegir en el cónclave como cardenal que era al zarrapastroso de Inocencio XIII, este ultimo ordenó encarcelarlo. "Gente de sotana, logra lo que le da la gana".

Sor Agueda de Luna continuaba con la milagrería, encantamiento, ilusionismo, hechizo y fascinación de las gentes de Lerma y provincias limítrofes, Fray Juan de Longas y Fray Juan de la Vega, divulgador y confesoreran quienes la defendían y encubrían de sus hechos dándole reputación de santa favorecida por la gracia de Dios. "Gurriones mosquitos y frailes, dios nos libre de tales aves". Sor Agueda era conocedora que pronto debería volver a su Corella natal, para ser la abadesa y albacea junto a otras hermanas de la Virgen de Araceli. Aprovechando esta circunstancia se logra convencer a Juan Malasangre de la oportunidad de viajar a Lerma y traer de regreso a Corella a su vieja amiga Agueda, poco tiempo le costaría preparar la fabulosa galera que 16 años atrás le trasladó confortablemente a Lerma, eso hizo mejorar los vinagres del sufrido Juan, el pobre ermitaño aún conservaba a su viejo mulococero y su fiel rucio cojitranco. " La locura no tiene cura, y si la tiene poco le dura".


Aloquiba", en España la sociedad estaba dividida en estamentos, la poderosa élite formada por la nobleza era mantenida por la clase trabajadora y entre ellos uno grupo intermedio compuesto por la burguesía y el artesanado, gracias a Dios en aumento y en detrimento de las clases privilegiadas, no olvidemos al nutrido grupo religioso integrado por frailes, monjas y curas de misa y ollaUna época trepidante, Corella seguía con su vida rutinaria, la vida apacible, casi bucólica de un pueblo de agricultores, con algunos hidalgos que dejaban pasar las horas, y con abundantes chascarrillos sobre la vida de nuestra vecina Agueda en Lerma, sus hechos y su embrujo.

Vencidas las dificultades económicas, el 28 de Enero de 1722 se reunió el Ayuntamiento regido por su alcalde D. José Sanchez y Martinez de Lesaca, actuando de notario el escribano de la ciudad D. Francisco de Ochoa, y por parte de la congregación carmelita acudió el P. Fray Antonio de la Madre de Dios, provincial de la Orden, todos los nombrados y en presencia obligada de Golgorito, Maese Villarejo y los Maceros, se firmaron las escrituras de la fundación, en la que se cedía la basílica de Nuestra Señora de Araceli con todos sus ornamentos y se les daba, "cojona", 100 ducados para construir la clausura, 100 robos de trigo durante 14 años y 50 docenas de aceite durante 16 años. A cambio "El Prudencio" y a perpetuidad tendría un rincón debajo del absidiolo junto al cimborrio y nuestra querida "Fermina" quedaría alojada en el intercolumnio junto al tercelete. "Al fraile y al cochino no hay que enseñarle mas que una vez el camino".

Las monjas hicieron su entrada en la ciudad el 7 de Septiembre de 1722, Sor Agueda tenía 32 años y había estado 16 años en Lerma, la gran galera iba gobernada por nuestro amigo Juan Malasangre, iban escoltadas por gran muchedumbre y toda la chiquillería de la ciudad jaleaba su llegada, la "Muerte Calaña", los Maceros, la Banda de Cornetas y Tambores, las Cohortes Corellanas y su famosa Legion Cardus Apius Acelgus abrían la comitiva.

Ocho eran las monjas que de diferentes conventos venían a Corella, Sor agueda de Luna y Sor Rosa de la Concepción venían de Lerma, Sor Ana María de Jesús también de Corella y sobrina del constructor Esteban Echeverría venía de Pamplona, Sor Josefa de la Ascensión procedía del convento de Burgos y Sor Ursula de San José, Sor Teresa del Espíritu Santo, Sor Josefa Teresa del Espíritu Santo y la hermana Antonia del Espíritu Santo provenían del convento de Calahorra. Asomado con recelo en el "clizal" de "Las Chatillas" presenciaba la entrada de la comitiva el ultimo ermitaño de la basílica de Araceli, Fray Joaquín de Luna y Castillo el cual permaneció hasta el 23 de enero de 1722. Dos días después de su llegada a Corella, el notario Ochoa procedió a darles posesión de la basílica, estando presentes todos los vecinos y la comunidad religiosa, en su protocolo notarial dice, "Tomé de la mano derecha a la reverenda Agueda de la Encarnación, presidenta de la comunidad y la entré dentro de dicha basílica, de día claro, sol salido, a vista y tolerancia de todo el pueblo, y le di posesión real y corporal de la dicha basílica".

"Tomapatenas", en algún sitio tenían que alojarse, así que la comunidad de monjas carmelitas provisionalmente lo hizo en el convento de San Benito, allí se encontraban las monjas Benedictinas, muy hospitalarias y que además conocían a las de Corella que venían de Lermaposteriormente se instalaron frente a la Iglesia de San Miguel en el Palacio de los Sada, que luego fue de los Aguado y que en aquella época era de D. Antonio del Vayo, el cual les habilito su casa en la que permanecieron hasta que finalizaron las obras del convento en 1724, cuando se realizó el traslado definitivo.
Consta que las obras del convento duraron 384 días, tuvo un coste de 96.000 reales y prácticamente fue financiada por un caballero de Logroño llamado D. Juan José Martinez de Boleaga, el cual aportó 9.000 ducados porque conocía a las monjas de Lerma. Curioso es que dicho caballero repartió su fortuna entre los pobres y vino a Corella a hacerse carmelita, profesando en el convento de Santa Teresa el 14 de Octubre de 1724. Amenquedioslotengaensugloria.


El 9 de Julio de 1724, 22 meses después de su llegada a Corella, entran a vivir en el nuevo edificio las monjas carmelitas, ya no eran aquellas ocho, porque Sor Josefa, Sor Ursula y Sor Josefa Teresa habían vuelto a sus respectivos conventos, pero sobre todo porque había crecido tanto la comunidad que alcanzaba el tope marcado por la regla de Santa teresa. Corellanas fueron las primeras a ingresar, Doña María Teresa de Anchorena y Ezpeleta que lo hizo en nombre de Sor María Teresa de Jesús, Doña Magdalena García y Luna, Doña Catalina de Agreda y Bardaxí y Doña Luisa Virto de Lezama y Aibar.

Sor Agueda tuvo a su cargo la misión de fundar un convento dedicado a propagar la devoción de una imagen recién aparecida, nuestra Virgen de Araceli, se vio pronto llamada por el destino a una importante empresa con el mayor de los entusiasmos y se dedicó a ella con el desenfreno de las almas sin medida, lo llevo al terreno de la mística con el propósito de atraer sobre la nueva fundación y sobre la Virgen de Araceli la admiración y el asombro.

La historia continuará

domingo, 12 de enero de 2020

Sor Águeda de Luna, Capitulo IV - La Inquisición

"Paiceser" que "Maese Perantón" no congeniaba mucho con el "Homínido Cagarruciensis", andaban a la greña por unos llamativos atuendos que el Cardenal Alberoni, debido al "escagarrucie" y su súbita salida de España, dejó olvidado en la "Cueva de la Mintirina". 
Tardes llevaban viendo a "Mambrú Mascapanes", usando la Dalmática y el Amito del cardenal a modo de "anorás", "pamásinrri" vistiéndolos mientras "hedraba" los ajos en "Ampol"; y "quiadazer"  "sinovela", a "La Muerte Calaña" en "colitatis", llena de "zascarrias" y dando volteretas por "Güarre", dejándose atrás el Cíngulo y llevando a rastras la Casulla del susodicho. Tales desavenencias significaban que algún apercibido, perspicaz y avispado lugareño diera buena cuenta de los atavíos eclesiásticos. "Justo es que pierda lo suyo, quien robar quiso lo tuyo".

"Guzman el del Chuzo" , llevaba años como ministril de la ciudad de Corella, fue el encargado por orden del Corregidor de ir rescatando junto a "Los Maceros" y "El Corellano Jotabrava" el ajuar del prelado, Se habilitó con unos acarreos el rápido velocípedo turbopirolitico de "Juan Cruz el Cachena con su Palio", "quizir", un "remolquillo" con sus "tintimozos" y "pugueros", gracias a la rápida intervención, además de los mencionados ropajes, fueron recuperados varios hábitos, albas, estolas, manteos, cogulla y un ornamentado báculo escondido bajo las andas de "La Muerte Calaña". Era bien sabido por todos los vecinos, que dichos atuendos pasaban a ser propiedad de la Basílica de Nuestra Señora de Araceli y de su albacea, la abadesa Sor Águeda de Luna. "Con orden y medida, pasarás bien la vida". "Aménjesusquediosnostengaensugloria".


"Quien tuviera la dicha de ver a un fraile en el brocal de un pozo y arrempujarle", este aforismo viene a cuento, ya que nuestra desdichada monja, fue influenciada en todo momento por las teorías Molinistas, a Corella llegó con aureola de milagrera y en nuestra ciudad continuó con esa fama, "esosi", animada y ayudada por los acólitos  de Miguel de Molinos que muy cerca revoloteaban. "Queizir" de D. Juan de Causadas, discípulo aventajado y canónigo de la Catedral de Tudela, un "Quitahipos", al cual la Inquisición se lo llevo a "trotecuto" a Logroño y lo quemo poco a poco, "lentement", con lumbre de cecua de olivo, "paqué" le doliera mas, no quedó "nipacaldo". Y "queizir" del sobrino de este últimoFray Juan de Longas, un "peinaovejas", todo el día saltando la "paretilla" de Araceli, anda que no ha "llevao" varazos el "bebecharcos", bien conocía la famosa vara de fresno de "Juan Malasangre", si lo hubiera "matao" otro gallo hubiera "cantao", con este "lloramigas". "Mentiras de día y pedos de noche, los hay a troche y moche".


"Pamí" que El Molinismo existía mas o menos encubierto, casi siempre sus encuentros y sus acciones dentro de sus seguidores eran mas de lujuria, concupiscencia, goce y desenfreno, que de herejía y sacrilegio, años antes en 1721 ya habían encerrado en el Castillo de Santangelo de Roma al Obispo de Oviedo, D. José Fernández de Toro, por ese y otros motivos llamado "acojono-canguelo", los acólitos del baturro andaban con pies de plomo, la Inquisición no paraba de hacer "Charadas" y "Chumarros" por todas las capitales de provincias. "Con los curas y los frailes, buenos días y buenas tardes". 

La doctrina de Miguel de Molinos declaraba que la perfección espiritual, no solo es compatible con las pasiones humanas, sino que se logra mas fácilmente, dándoles rienda suelta, con satisfacción y aún hartura.
"Quiadazersinó", hubo un relajamiento en las normas de los conventos, un libertinaje en los preceptos y liviandad en los reglamentos, ¿Cómo era posible que se levantaran a las 12 de la mañana?, ¿Cómo era posible que hicieran vermú torero?, ¿Cómo era posible que llevaran leotardos de la boutique Chez Moi?, "Vua", todo ello, gracias a las transgresoras y "pasmasuegras" teorías molinistas, difundidas y aprovechadas por ciertos frailes "meapilas" que a la vez eran confesores de las monjas, unos "tuercebotas", las creencias de la ilustración y sus iluminados hicieron mella en la "acerola" de algunos "cogotones". "Ni fraile por amigo, ni clérigo por vecino".

"Tevuacontar"en Corella por esas fechas existía un clima de esparcimiento muy peculiar, todas las profesiones, labriegos, panaderos, "cagalindes", olleros, molineros, "comechapas", curtidores, sastres, herradores, "sacamantecas" y tejedores rondaban por las tabernas de la Calle Mayor, buen ambiente como siempre, bastante habían dado el callo, todo el mundo en cuanto se "daba de mano" quedaban para las meriendas en las numerosas tabernas de la ciudad, posiblemente fuera la mejor hora del día, había que volver a casa con todos los chascarrillos y noticias frescas de la ciudad; mientras oteando el horizonte, los escudriñadores hidalgos de familia bien venida a menos, intentaban sonsacar algunos maravedís de algún incauto lugareño, y de paso afanar sobrantes de la  pitanza o condumio de sus vecinos. "A lo que deba el hidalgo, échale un galgo". "Mucho aparentar y mucha hidalguía, y la despensa vacía".

"Queizir" del ambiente artístico, pintores, "acabacasas", escultores, arquitectos, "esgarracalzas", herreros, canteros y tallistas, estos tenían campo abierto a sus respectivas profesiones, la abundancia de casonas ilustres de rancio abolengo, buenocasi de podrida alcurnia iglesias, conventos, cuadras, cochineras, hacía que continuamente fueran saliendo de sus talleres magnificas obras, unas quedaron en Corella y otras fueron a parar a pueblos vecinos. "Dudoso es heredar y seguro es trabajar".


"Aloquiba", Cuando las monjas carmelitas se hicieron cargo del convento, se encontraron en la Iglesia un retablo mayor y dos laterales, uno dedicado a San Gregorio y otro dedicado a San Pablo, "paice" que no les gustó la ubicación, y ellas hicieron que pasaran a ocupar las capillas recién levantadas al pie del coro, y el retablo mayor fue retirado al interior del convento. Así comenzaron las obras de ampliación de la basílica de manos del Licenciado D. Agustín Fernandez de Prada y de Virto de Vera, ayudado por su inseparable amigo el tracista de la Orden Carmelita, por esas fechas también se dieron inicio a la construcción de los tres retablos de Araceli, el mayor y los laterales.

Fray José de los Santos, que por aquellos años residía en el convento de los Padres Carmelitas, hermano lego, jotero en sus ratos libres y maestro de arquitectura, fue el encargado de realizar esa magnifica obra. En la génesis y construcción de estos magníficos retablos, participaron maestros de distintos oficios, ensambladores, arquitectos, escultores, entalladores, carpinteros, canteros, herreros, pintores, doradores, no nos olvidemos de los del botijo, la bota, correveidiles, pisacables, tirandamios, manchafrisos, rompecirios, en fin, un proyecto colectivo que daría como resultado obras de una enorme complejidad técnica y decorativa pero de una belleza digna de admirar. "Mas vale hombre feo con buen arreo, que mozo bonito y sin un pito".



"Asabelo", Sor Águeda de Luna durante dieciséis años, vivió en el convento de Lerma con reputación de santidad, con una nombradía de santa favorecida por la gracia de Dios, que la distinguía de los demás mortales haciéndole evacuar por vía urinaria, "quizir", por el orín, y en medio de los mayores dolores, como los del parto, unas piedras color de sangre que llevaban impresas por un lado una cruz y por otro una estrella, "digoyó", "nopuenser" muy grandes, y que tenían el poder de hacer curaciones milagrosas.

Si hacemos caso de lo escrito por Juan Antonio Llorente, "caraflema" e historiador de la Inquisición, "vamosbuenos", cómo se le nota la rabia que nos tenía a Corella, "queeeeeraaaa" de Rincoooooon de Sotoooooooooooooo, decía también en sus escritos que sus padres fueron a sanar con nuestra Sor Agueda de Luna y "nadená", claro que "nadená, si venían "gangrenaoooooos", como los vamos a curarasí que la pasión movida por el odio hizo que plasmara datos que posiblemente no coincidieran con la realidad, "aumás", el mismo confesó que quemó todos los escritos oficiales de los cuales se sirvió para realizar su obra, "Belloto, mas que Belloto", que eras un "Membrillo", "Gorgorito" te tenía que haber "majao" a estacazos. "Mas vale callar que con borrico hablar".

"Aguarte", por otro lado Marcelino Menendez y Pelayo en su Historia de los Heterodoxos Españoles reconoce que no hubo tantas pruebas como dice el Inquisidor Llorente y afirma que en este proceso hubo algo de ensañamiento y no de rigurosa justicia. Por ultimo Vicente de la Fuente, historiador y canonista dice en su obra que la verdad de lo que allí hubo no se ha podido averiguar todavía, si bien parece se procedió con demasiada prevención por herir a la orden que pertenecía. "Paiceser" que los sucesos del convento Corellano, mas que un brote molinista fueron una desviación místico esquizofrénica, digna de caer en manos de un siquiatra en vez de un inquisidor. "Ni treinta monjas ni un abad, pueden hacer beber a un asno contra su voluntad"

"Pueseso", Bajo el ministerio del Inquisidor Juan de Camargo, Obispo de Pamplona y natural de Agreda, es cuando la secta de Molinos hizo grandes progresos en España, el mencionado Inquisidor, "pelazarzas" y "gañán" es el que se llevó las semillas de nuestros Cardos Rojos a su pueblo y nos "empreñó" a los de Corella. "Dale al diablo lo que es suyo, lujuria, envidia y orgullo".

"Aloquiba", el Molinos, había formado un gran numero de discípulos que expandieron su doctrina, las apariencias de una profesión espiritual, asociadas a un sistema que dejaba libre desahogo a los desordenes del alma y del cuerpo, sedujeron a muchas personas, "osease", el libertinaje mas desenfrenado. Se dijo que la superiora había tenido varios hijos con el provincial de carmelitas descalzos y que ademas sujetó a su sobrina mientras el provincial hacia el ultraje al pudor de la joven muchacha, "si, por agre". La Inquisición trato con rigor a las religiosas que vivían de este modo, pero a excepción de algún que otro castigo llamativo, las penas se redujeron al traslado a otros conventos de la orden. El Inquisidor Camargo murió el 24 de Mayo de 1733 después de haber ejercido sus funciones durante 13 años, Felipe V se las confió a Don Andrés de Orbe y Lareategui, Arzobispo de Valencia y Gobernador del Consejo de Castilla. "De inteligentes y de sabios, es perdonar injurias y olvidar agravios".

"Nopueser", la vida de Sor Águeda de Luna se complica, el llamado "El Estático"  y "zarrapastroso" no para de liarla fina, Fray Juan de la Vega, provincial, confesor y "correveidile" oficial de las monjas, pervertidor de las religiosas y difusor de la santidad y milagros de su amiga, tanto habla, tanto raja, que la Inquisición toma cartas en el asunto. Es detenida el 27 de Febrero de 1737 en el convento de Corella a los 47 años de edad. El Santo Oficio, azote implacable de milagrerías, prendió a la Madre Águeda, la encerró en las cárceles de Logroño y obtuvo de ella confesión plena por medio de la tortura.
Cuando el Santo Oficio apresó a la madre Águeda , dice en el auto de fe, que otras monjas cómplices fueron y sacaron todos los papeles, alhajas y dinero de los que había estafado y los pasase a otra celda que no era la suya, lo que hizo muy pronto y después de traídos quemaron los papeles, que si el santo oficio los hubiese cogido, algo mas hubiera probado por ser ellos mas de los cómplices. Cuando sacaron a la madre Águeda para llevarla, preguntó a una de las cómplices si el tribunal había cogido un atado de papeles, que estaban en un estante y como le dijeron que si, lanzo un "ayyyyyy" lastimoso diciendo, "perdida soy". "A los curas no les pidas, a los frailes no les des, de los ricos no te fíes, que te amolaran los tres".

"Jomios", En el Auto de Fe celebrado el día 30 de Octubre de 1743, titulado "Monjas de Corella", los Inquisidores de Logroño,  Andrés Francisco de Arratabe y Pablo de Dicastillo, explican que por mandato de sus superiores, engañados por falsos signos de santidad y seducidos por su avasalladora hermosura, "quiadazer", siendo de Corella, fundó en Corella un convento de su orden, donde inició y enseñó a las mojas, los errores e inmoralidades de Miguel de Molinos, - ojo,ojo, a lo que viene-, pervirtió a casi todas, "fo", uniéndolas en asquerosa crápula con los frailes de su orden, cuyas huertas estaban divididas por un camino y una "paretilla", siempre a los de Corella nos ha gustado saltar las paretillas.

"Agarraisus", Uno de los milagros mas portentosos de la Madre Águeda, como he relatado anteriormente, era la facilidad que Dios le concedía para expeler por la orina, no sin grandes dolores, ciertas piedrecitas de color de la sangre, aromáticas, con una cruz impresa en un lado y una estrella en el otro, estas piedrecitas obraban curaciones prodigiosas en todo tipo de enfermedades, el Santo Oficio averiguó que tales piedrecitas se confeccionaban con polvos de ladrillo y agua de olor por unas de las monjas, "Paiceser" que la vida que llevaba no era muy de santa, ya que una de sus cómplices reveló que había parido varias veces e incluso reveló el  lugar donde se había enterrado el fruto de sus partos. "Al hierro el orín y la envidia al ruín".

"Amosaver" De todas las monjas encausadas, solamente Sor Águeda de Luna murió, y fue en la cárcel de Logroño el 28 de junio de 1738, después de 16 meses encerrada y sometida a tortura por el Santo Oficio, dicen que confesó que toda su vida no había sido sino una sarta de embelesos, tan violentas habían sido las torturas que se le aplicaron que murió a consecuencia de ellas en la cárcel, antes de que se hubiese acabado su proceso, "Lamadrequelosparió".
Sor Águeda no fue la única monja de Corella implicada en el asunto, Sor Josefa de la Purísima Concepción, en el siglo, "quizir", como se llamaba antes de tomar hábitos, Doña Mª Josefa de Loya, sobrina de Sor Agueda y natural de Corella, esta fue la que delató a la inquisición todas las abominaciones que ejecutaba, por medio de una carta que arrojó desde el coro y que llegó a la Inquisición, Sor Josefa fue recluida en el convento de las Carmelitas de Logroño, su familia de noble abolengo como su tía Águeda, dio nombre a la calle Loya de Corella donde vivió, se refiere a Don Blas de Loya y Gaztelu, Caballero de la Orden de Santiago, natural de Sangüesa, casado en Corella el 8 de Octubre de 1714 con Mª Josefa de Luna, hermana de Sor Águeda.

"Atense los machos", Doña María Josefa de Loya de la Concepción, natural de Corella y sobrina de la Madre Águeda, monja en su mismo convento, entró en el a la edad de once años sin el beneplácito de su madre (su padre ya había muerto), criándola a su maña y en breve tiempo entro en toda la falsa doctrina y por estar confesa y arrepentida se leyó su causa solo ante los del Santo Oficio y confesó lo siguiente - Que era cómplice con otro y otras de la doctrina de Molinos, haber renegado a Dios y de su Santísima Madre y de su Santa Ley Evangélica, haber tenido pacto con el demonio, haber entregado su alma por escrito, haberle adorado como a Dios y creído que el solo le podía dar felicidad en esta vida y en la otra, haber hecho menosprecio y escarnio de la Cruz de Cristo, que con sus frailes eran muy frecuentes los actos carnales y siempre con el pretexto de la confesión y que cuando no entraban era una conversación deshonesta y lasciva de los actos pasados y de otros futuros.

"Tomapatenas", Sor Josefa de Jesús, la boticaria, en el siglo, Doña Josefa Alvarez de Terroba, natural de Viana, de 31 años, se confesó cómplice de Sor Águeda, pero ella estuvo en su declaración parte negativa y parte diminuta, por lo cual la dieron tormento. Consiguió licencia para ser admitida en el convento de Corella y estando ya en dicha ciudad para tomar el habito, los padres confesores tuvieron que verse con ella diferentes veces y siempre con el pretexto de la confesión, unas veces en el confesionario y otras en la casa donde esta se hospedaba, diciéndole que por este medio cobrarían en este mundo ella y ellos fama de santos, y en el otro mucha gloria

Después de tomado el habito fue algún tiempo contraria a la madre Águeda, una "estripacuentos", pero a instancias de esta se venció y la que antes era poco afecta, ya a banderas desplegadas la defendía y sacaba la cara como un basilisco. Pario tres veces y como era boticaria muy diestra, componía las bebidas para que resultasen los abortos y no estuviesen ociosos los cómplices y era ella la primera que las tomaba, tuvo muchos actos carnales con el demonio ya apareciéndole, ya imaginarios, que muchas veces estando en la oración sentía muchos impulsos lascivos. Esta tuvo que salir con Sambenito de un Aspa, le dieron seis "macos" y fue recluida en las Descalzas de Pamplona.

"Vasaver", Sor Rosa de Cristo, delatada por la anterior, en el siglo Rosa Alonso, natural de Calahorra, de ilustre sangre, fue monja y presa en Corella, la recluyeron en el convento de Palencia. Acusada de todo lo que confesó la primera, pero ella estuvo reticente por más de seis meses. Tenía escrito el rezo de la madre Águeda con himnos, antífonas y lecciones. La "revientabaules" parió cuatro veces y no tiene más de treinta y tres años. Cuando entró monja iba con la doctrina de Molinos, pues fue cómplice con el hermano Juan de Longas. Viendo que no confesaba nada de sustancia y que se había tragado el tormento, fue registrada por orden del santo tribunal por médicos y cirujanos y la dieron por tan virgen como su madre y preguntándole por su entereza, respondió que siendo niña tuvo un dolor de muelas y al tiempo de sacársela le metieron el gatillo mucho y con la conexión que tiene de arriba con la de abajo se le abrió. "De esta vida sacarás, lo que disfrutes nada mas".


"Cagüendioro", Sor Teresa de la Encarnación, en el siglo Doña Teresa Alonso, natural de Santo Domingo de la Calzada, no confesó nada de lo gordo ni tampoco de los actos carnales, le dieron tormento y el tiempo que duró lo pasó cantando el Tedeum Laudeamus en acción de gracia, pero por orden del Santo Tribunal fue registrada por médicos y cirujanos y la dieron por tan virgen como su madrefue trasladada al convento de Soria. "Si tomas una mal camino, no esperes buen destino".

"Amos", Sor María Antonia de Santa Teresa, en el siglo María Ramirez de Arellano, natural de Navarrete, monja de las descalzas de Burgos. La causa de esta era reducida a ficción de virtudes, revelaciones, apariciones de animas y otros mil embustes, pero con grandes indicios. Fue aprehendida en los mismos delitos que las otras, pues se comunicaba con la misma boticaria, tenía las mismos accidentes y el arrojo de piedras, los conductos para su embustes fueron los mismos padres que a la madre Águeda. Fue condenada a dos "cogotones en el pescuezo" y un año de penitencia en el convento de Valladolid, en el auto de fe, salió sin Sambenito. "A la primera perdón, a la segunda bastón".

"Cojona", Su principal cómplice, Fray Juan de la Madre de Dios, Juan el Estático, natural de Liérganes, en la montaña de Santander, en el siglo Juan de la Vega, un "zote" y Molinista de pocas luces, Predicador, Prior en varios conventos y Provincial de Navarra, fue el "palurdo" que trajo a la Madre Águeda desde Lerma, dicen las malas lenguas, que vivió en infame concubinato con ella muchos años del cual resultaron cinco hijos. Cuando vino a fundar vivieron como marido y mujer todo el tiempo que estuvieron en el hospicio sin cerrar la clausura, y no la dejo sino el tiempo que fue provincial, en el cual se lleno de celos y mando a las monjas que mientras estuviese ausente, no tuviesen accidentes ni arrojos de piedras, por no dar lugar a que entrasen otros frailes. El "quitahipos" salió en un autillo de fe, dos varazos con la de fresno, ocho estacazos con la de Gorgorito, y se le envió recluso al solitario convento de Doral, donde al poco tiempo murió. "El hacer bien a gente ruin tiene buen principio y muy mal fin".

Fray Pedro de San José, en el siglo Pedro Ascasuis, un "baldragas "natural de Escoriaza, Predicador Mayor y Lector de Teología en Pamplona, fue preso en Corella, condenado en el Auto a "abjurar de levi", "quizir", reconocer los errores y arrepentirse. Este "cenutrio", cuando estuvo en Corella haciendo lo que su provincial le había mandado, pidió a los señores inquisidores licencia para absolver de herejías y habiendo sido negada recurrió a la suprema pero le sucedió lo mismo. El Pecholata" decía a las monjas que no tenían obligación de delatarse hasta que fuesen los ministros del santo tribunal por ellas, pero que si llegase este caso no delatasen a nadie y en caso de delatar lo hiciesen de los muertos ya frailes, ya seculares, pero que de ellos a nadie, y esto nacía de que la madre Águeda cuando la trajeron al tribunal, escribió un papel a sus padres frailes, en que les decía que estuviesen firmes, que ella venia con el ánimo de no descubrirlos, pero le sucedió muy al contrario, pues en los escritos estaba convertida y confesa. "Predicar con el ejemplo, es el mejor argumento".


Fray José de los Ángeles, un "cataplasma", en el siglo José Asensio, natural de Oñate, fue preso en Alcala, Prior del convento de Logroño, Provincial, General de la Orden y Definidor General. Cogotones, macos y estacazos. " No hay razón como la del bastón".

"Jesús que peco", Fray Juan de la Natividad, en el siglo Juan de Villoslada, natural de Autol y de 75 años, Predicador y Prior de Calahorra, "Zascandil" de Lerma y Aranda, Procurador General en Madrid, este fue quien le metió en la cabeza las ideas Molinistas y el causante principal de todos los escándalos. Cuando la madre Águeda vino a fundar a Corella, el "robaperas" le acompañó en el viaje con otro prior cómplice. En el hospicio de Corella, antes que se cerrase la clausura,  vivió cuatro meses torpemente con ella. Este escribió la vida de la madre Águeda y dijo en ella cuantos elogios se dan a los santos. "Del cura lo que diga, del médico lo que haga y del boticario ni lo que diga ni lo que haga".

Fray Manuel de San Buenaventura, en el siglo Manuel Martínez, Lector y Escritor de la Orden, un "zurcefrenillos", en un principio delató a la Madre Águeda, pero después seducido por su hermosura y amabilidad, escribió una defensa de ella por la que fue condenado a "abjurar de levi" y por "refitolero" y "tarugo", tres años de reclusión, privación de celebrar, confesar y de comulgar y que en los tres años no pueda tratar de palabra o por escrito con frailes ni monjas.

"Odo Petaca", Fray Julian del Santisimo Sacramento, en el siglo Julián Esparza, natural de Andosilla, un "arguillao", prior y secretario de la provincia de Navarra, confesor de las monjas de Corella, el "ovejo modorro" cuando fue preso estaba de Prior en Burgos. Este fraile fue el que mando pintar en el coro del convento el retrato de la Madre Águeda, poniendo debajo este verso de doble sentido, "Planta Jesús con su mano,la flor en mi corazón, que dará fruto en sazón, porque esta el campo lozano". 

Fue acusado de todo lo que confesó la primera, tuvo siete hijos, fue de especial habilidad para comadrear, las más veces o todas que había alguna de parto, entraba con achaque de confesión, sacó una vez un niño debajo de la capa y lo puso en la puerta de un templo. 
"El Tiralevitas" estuvo negativo como los demás y le dieron tormento, y en lugar de llamar a Dios, llamaba a la madre Águeda por su nombre y le decía quejándose de ella porque no le asistía. Bien sabes amada, el trabajo en que me hallo, que estoy aquí por ti, pues como no me favoreces, como no me alivias de este trabajo, donde estas¡, que tienes que no vienes¡ como tardas tanto¡ como me dejas penar¡ y otras cosas semejantes. Este era el que instaba a las monjas a que tomasen las bebidas para abortar y algunas que no las quisieron tomar por haber reconocido daño, les aconsejaba que se estuviesen en la cama y fingiesen mal de piedra, suspensión de orina y mal de menstruo. "Con los curas y los gatos, poco trato".


"Puesná", A todos los frailes los sentenciaron a "abjurar de levi" y salir en el Auto de Sambenito de Media Aspa, excepto de Fray Manuel de San Buenaventura, un "morroestufa".  Las monjas fueron sentenciadas a salir con Sambenito y reclusión de dos años, su sitio era el ultimo, después de legas y novicias, sin permiso para confesarse con religioso de su orden, privación de voz y voto, sin comunicación con nadie excepto las monjas que indique la prelada y vestir el Sambenito de Media Aspa por espacio de tres años. El Sambenito era un túnica de lana amarilla con la cruz de San Andrés, llamas de fuego y algún que otro jeroglífico, dependiendo de la gravedad de los cargos había distintos tipos de Sambenitos. "Quien se arrima a sotana, siempre gana".

"Porcierto", Juan de Longas, "meapilas" y carmelita descalzo, "rutiño como naide", lego y muy conocido en Navarra por aquellas fechas, que propagó las milagrerías de la Madre Águeda, fue condenado a 200 azotes, galeras por 10 años y cárcel perpetua, "pocosemace". Las monjas fueron dispersas por varios conventos y se llamó a otras de Ocaña y de Toledo para reformar la Orden.

"Comonó", el proceso de Sor Águeda de Luna mas fue de ensañamiento que de rigurosa justicia, mas que pactos con el demonio, lo que hubo fue un relajamiento de la norma basado en las teorías del Molinismo, difundido y aprovechado por los confesores de las monjas, el Santo Oficio intentó controlar y poner freno al inmenso poder que tenían los confesores y los abusos que cometían. "Para lo que me queda en el convento, me cago dentro".