jueves, 26 de enero de 2017

Corella y sus Gentes

Pues coincidí el otro día con uno de Corella,  Manolo "El Chapurriau", 87 años bien llevados, bien de cabeza y de cuerpo, iniciamos una conversación de esas tontas, "que si paquí, que si pallá", íbamos saltando de tema en tema, hablando de uno, de otro, algún "zascarrillo" de alguien, etc. e iba recordando cosas antiguas como si las estuviese viviendo en el momento, si no mueves el cerebro, te quedas "anquilosau", del campo pasamos al tiempo, del tiempo al agua, las fuentes, anécdotas, personajes y de ahí nos fuimos a las comidas.


El Crucero
En Corella hay pasión por las comidas, tierra de grandes gentes y grandes platos, en una palabra - Cultura-, todos ellos surgen del campo, de sus productos y de lo que había a mano, los platos típicos los llevamos en el alma desde que nacemos, pasan de madres a hijos, en el pueblo estamos "enmadraus", los defendemos y mantenemos la pureza de los mismos, tonterías y variaciones pocas. Si cambiamos de estilo nos "engangrenamos".

Ahí dimos comienzo a una conversación que no me queda mas remedio que contarla sin "engañuflas", pasaros la cabeza un rato y así dejar constancia de gentes y hechos que acontecieron en Corella, que eran nuestros ancestros y algunos hasta familiares de algun lector nuestro, que tenían otros modos de vivir, hacer y otras costumbres.


El crucero desde el otro lado
También se lavaban menos, pero eso tenía una ventaja, tenían una gran capa protectora del medio externo, esa capa era llamada por la gente de "roña", era mejor que cualquier crema protectora, no pasaba bicho viviente, servía de amortiguación en las caídas y evitaban cualquier brote de alergia, la palabra alergia no existía en mi pueblo, todo nos sentaba bien y se comía mejor; éramos unos auténticos "roñosos", el que se lavaba mucho era un "escagarruciau", no salía del médicoEs verdad que la vida diaria era mas dura a como la conocemos hoy, pero sin alergias.


La Torre antigua del Rosario
Volviendo al tema que me ocupa, y en relación a las cosas de mi pueblo, seguimos "El Chapurriau" y yo con la conversación - no os lo vais a creer -, nos dejábamos hablar el uno al otro,  además sin gritarnos, la gente que pasaba y nos veía, les saludabamos - "éis mialo",  no se lo creían, parecíamos de ciudad. No se acerco ningún "destripacuentos".

La conversación se iba animando, ibamos "enrastrando" una cosa con otra, salió a relucir el Patorrillo y en un momento "dau" me dice - ¿no te acuerdas de "La Trapera"?.

A cualquiera que le hable de "Las Triperas" pensará que estoy hablando de una película de miedo, pues junto con las carnicerías eran la pieza fundamental que había en Corella para comer bien, cada uno con su especialidad, mientras que unos cogían las partes nobles del animal, los otros se quedaban con los restos, vísceras, esqueletos, etc. Actualmente llamadas Casquerías o tiendas de Menudillos, en Corella no hay.

Ahora mismo en Corella para conseguir algún producto visceroanimal, tienes que hablar con los carniceros, encargarlas con tiempo y educación, solicitarlas delicadamente, decirles a todo "equilicuá", agasajar tanto el cuerpo del tendero como el de su mujer, tienes que ser un "dicharachero",  te estas jugando a que cualquier mirada rara, un color "entreverado", una respiración entrecortada o una conversación mal llevada acabe en un "no me da los cojones", es decir, hace falta entereza y savoir faire para poder conseguir el preciado tesoro. En caso contrario te "empreña".


Tripería
Siguiendo con el relato me dijo que hace muchos años, cuando el era un crío, un familiar suyo tenia una carnicería en la Calle La Reja, debajo del actual Ayuntamiento, le llamaban "El Tío Clarito", la regentaban sus hijos José y Pilar, cuenta mi amigo que era de lo mas moderno que había, debía tener luz y "desaugüe", aguantó hasta los años 60.


Otra carnicería antigua eran la del "El Tío Polo" en la Calle Mayor, enfrente de "La Fermina", la de los chuches, me cuenta que tenia por costumbre colgar sus productos en la fachada de la carnicería para que la gente viera lo buenas que tenia las cosas, así que habia que "empesarse" las piezas para colgarlas. Cuando alguien queria algún produco los "escolgaba". No me imagino el color de la fachada. 


Otras  de la misma época eran la del "Tío Tente" en la calle Ramón y Cajal, "El Tío Ovejo" en la calle La Cruz, "La Andueza" en la Calle Emilio Malumbres, "Los Peles" en la Calle Mayor cerca de mi casa, regentaban la carnicería Mercedes y José, "La Bienvenida", después llegaron los "Hermanos Anguiano", Ramón, Jesús y Luis,  con 3 establecimientos, "El Meli", "El Gabasa" y "El Ortiz".  Todos ellos imagino que tendrían sus feligreses y sus especialidades, ahora mismo han desaparecido todos menos "El Gabasa".  


Carnicería antigua
Los de mi edad, es decir los de 25 años, hemos conocido las carnicerías de los Hermanos Anguiano, una en el Crucero, y dos en la calle Mayor, también la carnicería de la Bienvenida en las Cuatro Esquinas, la del Ortiz en la calle Losada, la del Meli en la calle Mayor y la del Gabasa en la calle Emilio Malumbres, que es la única que permanece abierta, cada uno con sus especialidades, productos típicos y sus rarezas. 
  
Prácticamente todos los carniceros tenían sus rebaños de ovejas y algunos de cabras de donde se surtían para la tienda, cada rebaño tenia su pastor, esos pastores además de llevar los animales de los carniceros, también llevaban los propios y los de otra gente que tenían 1, 2 ó varias cabezas.

A mi contertulio rápidamente le vino a la cabeza los nombres de los pastores que estaban en aquella época, "El Tío Carlitos", "El Tío Lucas, " El Peitin", "El Trafagos", "El Quinto", "El Tío Miguel".


Pastor de Corella
También me dijo que había algunos pastores que solamente llevaban cabras, "El Tío Pedro", "El Tío Tiburcio" "El Chirri", "El de los Anguiano".

Todos tenían sus corrales en el pueblo y alrededores, además de corrales en las lindes de Corella, en estos ultimos pasaban semanas pastoreando por los campos de Corella y viviendo en las "casetas". Todos ellos con su "garrota", "zamarra", borriquilla, alforjas, bota vino, trozo de tocino y sus fieles perros. Anda que no he visto yo a los pastores llevando a corderillos recién nacidos o "dibiluchos" en las alforjas y a kilómetros del pueblo. Un duro oficio, trabajo a "estajo".  Ademas gente con genio, como te acercaras mucho al rebaño, te "encorrian a pedradas" y te tenias que ir "escopeteau".

Las Triperas era otra asunto a tratar, como dije antes, pieza fundamental en la alimentación de las familias Corellanas, eran productos mas baratos, asequibles y con un alto poder energético y grasiento, para dejarlas limpias estaban todo el dia "engunchadas". La grasa en esa época significaba fuerza y poderío, los trabajos eran duros, la gente se "esriñonaba" y se necesitaba "vigornia", toda ella venia de la grasa y el vino fundamentalmente, quizás exagere, pero mas o menos.



Tripera lavando las vísceras
La "Tía Felisa"  era la mujer del "Tío Clarito" y tenia su tripería en la bajera de su casa, sita en la Calle San Juan, hay una ornacina con la figura de San Juanillo en dicha calle, hay que "empinarse" para verla, es la que une la Calle del Santisimo con la Calle Caballeros.

Como curiosidad me cuenta que tenia una "vara de medir", cuando la gente le pedía "estentinos", esta los estiraba bien estiraus y así les daba menos cantidad del producto - época para no descuidarse ni un segundo, te la podían meter doblada o hasta la "enclavación".

Otras triperas de Corella eran "La Tatór", "La Tía Josefa", "La Tía Vicaria", "La Pendera" y  "La Trapera". A esta ultima es a la única que conocí y conozco.


Pero queridos amigos, para llegar hasta donde hemos llegado no podemos olvidar a nuestros ilustres Veterinarios, ellos velaban por la salud de los Corellanos, certificaban que el producto cumplía "mas o menos" los requisitos sanitarios y podían ser comidos; "me paice a mi" que no todo pasaría por el ilustre galeno de animales.

A mi amigo le vino "de bocas a mano" el recuerdo del primer veterinario que conoció, le llamaban "El Morales", después estuvo "Don Joaquín", mas tarde me dice que vino uno "rrarrro, rrarrrro, rrarrro" que no le gustaba entrar a las cuadras porque se manchaba la ropa y se "esvaraba",  no quiero "ni de imaginar" la jodida gracia que les haría a mis conciudadanos, con lo limpias que tenían las cuadras y corrales, seguro que este veterinario les "estomagaba".


D. Carlos Sanchez-Izquierdo
Por ultimo, yo conocí a "Don Carlos", marido de una querida profesora mía, Dña Petrita, profesora de Latín y Griego, desde pequeño hasta la facultad, tenía mas paciencia que el Santo Job aguantando a la cuadrilla de animales que formábamos los de mi época, - un dia creo que tendré que hablar de ellos-, desde aquí mi pequeño homenaje y agradecimiento, seguro que allí donde esté cerca andará su inseparable perro "Chiqui".

D. Carlos Sanchez-Izquierdo estuvo muchos años en Corella,  y en esa epoca hubo mas rigurosidad en el control de los animales, es decir, mas seguridad. En la foto que he colocado se ve atendiendo el parto de una vaca que parió un ternero con dos cabezas, famoso en la epoca por lo curioso del hecho, el ternero era de mi amigo "El Carajito".

Comentar que en mi pueblo había matadero, además de las matanzas caseras, principalmente gallinas, conejos,  corderillos y cerdos, a base de "escogote", la totalidad del ganau iba al matadero, allí trabajaban gentes de Corella y el responsable por la distribución de las carnes a las carnicerías era "El Tío Vallo el Juanillo", todos los días subía al pueblo con su borriquilla blanca y su carro especial, la carne para repartirla a las tiendas, yo conozco al "Carabina" sucesor del anterior y heredero del carro especial, al cual con el tiempo lo motorizó.



Queridos amigos, espero que este relato os haya traido a la memoria algún recuerdo de aquellos tiempos, no hay nada inventado, la memoria de las gentes nos traen recuerdos, personajes e historias que me gusta dejar reflejadas en mi Blog, perdón, nuestro Blog.

Muchas gracias y hasta la próxima

De nuevo os agradezco vuestro seguimiento