martes, 26 de mayo de 2015

La Virgen de Araceli

Entre Corella y Alfaro, junto a la calzada romana, en lo alto de un pequeño monte, existe hoy en día una hornacina que nos recuerda que allí existió una basílica donde era venerada nuestra Virgen de Araceli. El nombre del actual termino Araciel, es el que en tiempos remotos ostentaba un importante pueblo y castillo al que ya en 1125 el Rey D. Alfonso el Batallador, concedió los fueros de Cornago y el goce y disfrute de las aguas del Alhama. Aznar Iñiguez lo era de las Torres de Corella y Ruiz de Belmonte del Castillo de Araciel.


A mediados del siglo XIV, "paice" ser que salieron todos "escopetiaus", estaban hartos de tanta guerra con los castellanos, eso de ser frontera nos tenia "fastidiaus" todo el día, sacando punta a las flechas, tensando los arcos y sacando brillo al "perigallo", no podíamos ni coger esparragos, ni poner tomates, subían los de Alfaro y nos pisaban los tomates, luego bajábamos en bicicleta y les "escachábamos" los pimientos, así 200 años "u mas".

Ya en el siglo XV el Rey Carlos III de Navarra, no el de la canción de Víctor Manuel y Ana Belén, no  el de la puerta de Alcalá, aquel digo, el de Navarra, nos juntó a todos en Corella en un "currujon" y fué quedandose poco a poco despoblado el pueblo de Araciel, permaneciendo la Basílica como una simple Ermita llamada de Santa Lucía. "Paice" que se quedó un poco "muermo" el sitio.

Cuenta la leyenda descrita por un tal Fray Roque de la Asunción y no me "marro" nada, que allá por  el año de 1664 en la Ermita de Araciel , "decía" misa los domingos y "días de guardar" un sacerdote llamado D. Gregorio Serrano, este tenia la mosca detrás de la oreja, ya que notaba que ante cualquier golpe en la Iglesia, esta "retumbaba", e incluso escuchaba voces, especialmente en la grada del presbiterio (subiendo al Altar, zoquetes), dicho "mostrenco" pensó que pudiera existir algún hueco y por ende pudiera ocultar algo, "quizir", se imaginaba que había dinero "enterrau"; un día debió intentar levantar las tablas y escucho unas voces de ultratumba, pensó que era el "cocón", era un "escagarruciau", tenia mas miedo que a un "nublau" ,dicen que aún está corriendo por "Tambarría", todavía a veces lo ven algunos pasar por "El Esterijo" con los pelos como escarpias.


Como iba diciendo, la cosa quedó así hasta que unos años mas tarde y hartos de aguantar tanto eco, el sacerdote tuvo que llamar a dos albañiles de Corella, Pedro de Aguirre y Francisco de Muro, todavía siguen haciendo alguna chapuza por Corella, los cuales poco acostumbrados a conocer el miedo se dispusieron a la faena, dejaron el "talego" a un lado y empezaron a "zarrapotazos" con el presbiterio, eso fué un lunes 10 de Diciembre de 1674, me dicen que certificando el acto se encontraban presentes "Juan Cruz el Cachena" con su Palio y el "Alabardero el Tío Quintín", he ahí que sorprendidos encontraron una hermosísima Imagen de Nuestra Señora envuelta en un lienzo y colocada sobre un nicho excavado en la piedra.

La historia nos cuenta que pudo ser traída desde Jerusalén "envá" por los discípulos de San Pedro, alguno de ellos era de Corella, pero lo que si se puede asegurar que la imagen ya era venerada en tiempos de los Godos. Se cree que posiblemente fuera escondida por un cristiano devoto asustado por la llegada de los moros, como estos llegaron a España a inicios del siglo VIII y la imagen fue descubierta en 1674, se deduce claramente que estuvo sepultada unos 900 años. "pa que mentendais".

Fray Roque en su alocución indica que algunas partes del hallazgo fueron repartidas entre el Obispo de Pamplona, D. Pedro de Roche " el sacamantencas" que a la sazón se encontraba en Corella, entre Eclesiásticos y Caballeros de Corella, vaya "pelandrunes".  La Imagen presentaba una muesca donde albergaba al Niño, pero este, El Niño, se lo debió llevar consigo el que sepultó a la Madre impulsado por su cordial afecto y devoción.

Fijaros como Fray Roque describe a nuestra Señora La Virgen de Araceli -  "tiene una vara de alta, el rostro muy hermoso y no grueso y es tan agraciado y alegre que parece que se ríe, la frente serena y espaciosa, las cejas y pestañas negras y muy bien proporcionadas, los ojos claros y hermosos, cuyos párpados parece que los formó el pincel, la nariz muy perfecta, las mejillas encendidas y mas los labios, en el lado derecho de lo ínfimo de la cara tiene una señal muy pequeña por donde se descubre la madera, el cuello desahogado y airoso y hasta el pecho le baja una mata dorada de cabello por ambos lados, tan resplandeciente y tan vivo como si acabasen de dorar, de hombro a hombro y allí abajo le cubre por las espaldas un manto a manera de capa que pasa por debajo de los brazos hacia delante y desde la cintura al rostro, tiene solo cubierta con una tunicela la tabla del pecho, cubriendo todo lo demás hasta los pies".

D. Pedro Cervera, Vicario de la Iglesia del Rosario, un autentico "morrocotudo", ordenó trasladasen la imagen a la ciudad y se entregara a D. Francisco de Echarri y Gurpide, este la colocó en el altar mayor de la Iglesia. ¡Como no la íbamos a liar!,  todos querían tener la imagen, hubo una disputa por la posesión de dicha imagen entre Prelados, Mercedarios y los Padres Carmelitas, se lo jugaron al "marro", pero hubo empate, así que al final tuvo que ser al "Churro, Mediamanga, Mangaentera y Patatón", ganaron los Carmelitas que iban mas ligeros de ropas.

El pueblo de Corella tomó el común acuerdo de levantar una basílica para rendirle el debido culto, el Obispo de Tarazona dio su consentimiento y mientras se erigía la basílica ordenó trasladar la imagen a la Basílica de Santa Ana, distante media legua de la ciudad camino de Tudela, La legua es una antigua medida de longitud que expresa la distancia que una persona recorre a pie en una hora, "mentiendesloquetequierodecir", posiblemente por el "Camino Cascante", en la actualidad desaparecida por completo, eso fue el 13 de Enero de 1675. El Sr. Obispo decretó que el nombre fuera a partir de entonces de Nuestra Señora de Araceli - Ara del Cielo, por haber sido encontrada en el termino de Araciel.

Se determinó edificar la basílica en el llamado "Fosal de los Moros", así llamado por los muchos que allí estaban enterrados, el día de San Juan de 1676 ( el 24 de Junio, alcornoques) se trasladó la Imagen junto a cientos de "juangueringas" y la Rondalla de Corella, desde la basílica de Santa Ana hasta la ermita provisional, que estaba cerca de la actual, en tanto no se edificaba la definitiva, en 1693 se concluyó la edificación de la basílica en forma de una cruz.

Cuentan los cronistas que hubo una grande, devota y gravísima procesión, a la noche hubo luminarias, fuegos y extraños artificios, "quizir" "petardos, esplotos,  y cuetes" y al día siguiente se mataron 10 toros muy bravos que "muzaban" mucho, de una ganadería Corellana, todos lidiados por el "Maestro El Tío Pele", dirigía la orquesta el "Maestro Marcilla", a los Toriles "El Tio Solano" y al cuidado del ruedo "El Tio Calamocha", las mulillas eran del "Tío Moreno y del Tío Franco" y en la dirección "El Pasiego" con su fusta. A la tarde hubo función de Maese Villarejo con Golgorito y la Bruja Ciriaca.

No queriendo el pueblo que la Virgen estuviese a cargo de un ermitaño, se propuso edificar adosado a la basílica un convento de religiosas, para que estas cuidasen a nuestra Señora, esto fue en principio rechazado en 1708 por un "botarate" de Obispo, pero aceptado gracias a Dios en 1722, dando licencia para el traslado de religiosas Carmelitas Descalzas del Convento de Burgos, con monjas de los conventos de Lerma ( dos de Corella), de Pamplona (una de Corella) y de Calahorra ( dos de Corella).

Las monjas hicieron entrada en la ciudad entre las cinco y las seis de la tarde, me lo dijo el "Tio Juan Cruz El Cachena" que estaba en el "Crizal" de las "Chatillas" preparando un "calderillo" y hablando con una "mozavieja", era el día 7 de Septiembre de 1722, iban escoltadas por un piquete de caballería del Regimiento de la Reina, en este caso de Isabel de Farnesio, la segunda esposa de Felipe V "El Animoso", la cual ni probó ni le dimos a probar las aguas de "Bardón", ni el Rey la quiso traer a fiestas de Corella, " a cascala", este regimiento con espada desnuda las defendía de la multitud que salió a esperarlas, era tanto el gentío que deseaba verlas que corrían peligro sus hábitos.

Se alojaron provisionalmente en el convento de las monjas Benitas o Benedictinas, "quizir" San Benito, cerca del "corrompido", después  D. Antonio del Bayo les habilitó una casa particular en la que permanecieron hasta que se finalizó el convento en el año de 1724, cuando se hizo el traslado definitivo.

D. Antonio Palacios, natural de Logroño y que se encontraba en un convento en Pamplona, dono 10.000 reales "por la patilla", o fue por "tu eliges, tu decides" de Banca Cívica, el hecho es que fueron invertidos para cercar la huerta y habilitar un claustro a las monjas, a lo largo de los años se hizo el Coro de la Iglesia y muy hermosa fachada, poniendo al pórtico excelentes rejas de hierro del "Maestro Benitin" y  retablos de arquitectura primorosa.

D. Juan Manuel Morales y D. Antonio Escudero, vecinos de Corella, este último Caballero del hábito de Santiago, al cual todavía lo podéis ver por las calles de Corella con la garrota y el sombrero,  donaron dos lamparas de plata además de 3000 reales para el aceite, estas fueron colocadas en el altar mayor, por desgracia en la época del "balarrasa" de Napoleon, 1808-1814, tuvieron que ser vendidas debido a los grandes impuestos que se veían obligados a pagar. No sabemos donde paran.

Entre los valiosisimos ornamentos que las monjas labraron, sobresale uno bordado en plata con gran realce en campo de terciopelo carmesí regalado por la reina Dña. María Barbara de Portugal, mujer  de Fernando VI "El Prudente", hijo de Mª Luisa de Saboya "la de Bardón" y de hijo de Felipe V.

D. Manuel Perez de Araciel, nacido en Alfaro y Arzobispo de Zaragoza envió para la fachada una estatua de piedra de Nuestra Señora "copiada tan vivamente la hermosura del original que apenas se puede percibir distinción entre una y otra", la tallaría uno de Corella, seguro, este Arzobispo de rancio abolengo y de familia bien venida a menos, refleja en su escudo de armas un águila, este águila también se hallaba dibujada en la orla del manto de Nuestra Señora de Araceli, podemos pensar que la Santa Imagen fuera propia de la casa de Araciel o que la misma Santa Imagen la ennobleció, "vaser lo último".

Hasta aquí la historia de nuestra querida Virgen de Araceli

Queridos amigos, esta vez la cosa va de Historia, además de nuestro pueblo, no vendría mal que la leyerais con detenimiento y así poder hablar con propiedad de los asuntos de Corella.

Acabo agradeciendo vuestro seguimiento y comentarios alusivos al tema. Gracias de corazón.